La memoria histórica de Barranquilla se fortaleció el pasado martes 28 de julio, cuando 17 nuevos miembros de número de la Academia de Historia de Barranquilla fueron nombrados en el Club ABC, en una ceremonia encabezada por Álvaro De la Espriella Arango, presidente de la institución. La Academia agrupa a honorables personas que tienen un objetivo en común: cuidar y preservar los tesoros materiales e intangibles de la capital del Atlántico.
Los nuevos miembros de la Academia de Historia de Barranquilla son: Celeste Volpe, Vivian Saad, Arturo Galves, Roberto Meisel, Eduardo Martínez Puccini, Fernando González de Sola, David Juliao Vergara, Antonio Celia, Libardo Diago, Adlai Stevenson, Carlos Bell, Juan Guillermo Martín, Javier Rivera, Dalin Miranda y Xavier Ávila.
Acerca de la academia. La Academia de Historia de Barranquilla fue fundada en 1989 por representativos personajes de la ciudad como Juan Pablo Llinás; Juan B. Fernández Renowitzky, cofundador del diario EL HERALDO; Armando Benedetti Jimeno; y Álvaro de la Espriella Arango, segundo y actual presidente de esa institución.
De la Academia de Historia de Barranquilla han hecho parte reconocidas personalidades del Caribe como Gustavo Bell Lemus, Eduardo Posada y Adolfo Meisel, entre otros. Su actual junta directiva está conformada por: Juan Guillermo Restrepo, vicepresidente; Jorge Villalón, secretario; Álvaro Cepeda, tesorero; Miriam Llinás de Ovalle y Rodolfo Zambrano Moreno.
La misión y los objetivos centrales de la Academia son: preservar y cuidar la memoria histórica de la ciudad; fomentar el trabajo intelectual sobre investigaciones acerca de la historia de Barranquilla; fortalecer los vínculos con la ciudadanía y la trayectoria histórica de la ciudad; mantener una representación de carácter histórico y cívico de la capital del Atlántico; y fomentar los trabajos intelectuales referentes al desarrollo histórico en La Arenosa.
'Se necesita hacer un proceso permanente de vigilancia para que no se pierda la memoria histórica y la riqueza cultural que tenemos, para mantenerla viva', dijo De la Espriella a EL HERALDO.