Quizás por la vergüenza que le produce el haber participado en el crimen de su socio y de dos de los empleados de este, es que Cristian Mauricio Petro Almanza no levanta la cabeza desde su captura y en las audiencias para no darle la cara a las millones de miradas que se centran en él desde el 10 de septiembre cuando le puso la cita a su patrón Esteban Rafael Urueta González para, al parecer, rendirle cuentas de las reses que tenían a medias.
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Por varias semanas, desde que el joven ganadero y empresario sucreño Esteban Urueta, supo que su socio Cristian Petro le estaba dando muy mal manejo a la administración de las reses y que ya 700 de estas no se encontraban en su poder, este esquivó la realización de la inspección y conteo de los animales en un predio en el municipio de Chimá, y solo para el martes 10 de septiembre Cristian dio el sí para arreglar las cuentas.
Por ello el ganadero Esteban Urueta salió en la mañana de su casa en Montería, en su camioneta, y recogió a sus mayordomos Fredy Beleño Acosta y Gerardo de los Santos Marzola, personas con las que además lo unía una gran amistad y un amor por los caballos de garrocha. Fue así como los tres salieron rumbo a Ciénaga de Oro a buscar a Cristian, que nunca imaginó que su socio y la persona que además le había tendido la mano en todo momento iba a ir acompañado de dos de sus empleados que eran también grandes conocedores del tema de ganadería.
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Los cuatro llegaron a Carolina, en el municipio de Chimá, cerca de la ciénaga, y lo que ocurrió allí solo lo saben Cristian Petro y su amigo Juan Soto, quienes desde este martes 24 de septiembre, si lo desean, se lo narran a la Fiscalía en interrogatorios y que los procesa por los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo en concurso heterogéneo con hurto agravado, secuestro simple, porte de armas y ocultamiento y/o destrucción de material probatorio.
La espera se hizo eterna
Llegó la noche del martes 10 de septiembre y el ganadero y sus empleados no llegaban a sus casas, situación que preocupó a sus familias, en especial a la esposa y madre de los dos pequeños hijos de Esteban Urueta, quien empezó a llamarlo y no obtenía respuestas. Ante ello se comunicó con Carlos Beleño, un hijo de Fredy y gran amigo de Esteban, quien también se preocupó y empezó a buscarlos, al punto -como lo narró ante los medios de comunicación- de enfrentar cara a cara a Cristian Petro para preguntarle por su papá y por las otras dos personas, pero este le juró hasta por una hija que crió y que falleció en un accidente hace un año, que no sabía nada de ellos.
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El hallazgo de la camioneta abandonada de Esteban Urueta llevó a Carlos Beleño -que es garrochero como lo era su padre y además tiene a su cargo la ganadería de lidia de una familia en Sucre- a arreciar la búsqueda que se hizo fácil porque como lo conocían las personas le indicaban por donde habían visto transitar la camioneta al punto de que en menos de 48 horas de la desaparición de aquellos tres ya se sabía que los habían asesinado, pero nadie de manera oficial lo reconocía, ni si quiera la Policía que siempre habló de una desaparición.
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Pero quien sí se atrevió a señalar a Cristian de su atroz actuación fue el presidente de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegán), José Félix Lafaurie, que hasta lo reseñó con foto en un cartel que hizo público en las redes sociales.
Hallaron los cadáveres
Ante la lluvia de comentarios el Gaula de la Policía fue en busca de Cristian Petro y Juan Soto, quienes, no se sabe cómo, contaron algo de lo ocurrido y solo hasta el viernes 13 de septiembre se produjo el hallazgo de los tres cadáveres en una fosa. Dos de los cuerpos, los que estaban arriba, estaban quemados y el tercero, que fue el primero en lanzar a la fosa y que correspondía al ganadero Esteban Urueta, no estaba tan quemado.
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El CTI de la Fiscalía, encargado de la exhumación, envió los cuerpos para Medicina Legal en la ciudad de Medellín en aras de garantizar la plena identidad y el lunes 16 de septiembre, vía aérea, llegaron a Corozal los restos del ganadero Esteban Urueta y de Gerardo Marzola, que 24 horas después fueron sepultados en cementeros de Sincelejo y Pueblo Nuevo, poblaciones de Sucre y Córdoba de donde eran nativos.
Dos balazos
El cadáver de Fredy Beleño, o ‘El Negro Beleño’, como lo conocían en el mundo de las corralejas, no fue entregado porque requería un estudio más profundo debido a que, a diferencia de los otros dos, no solo le dieron con un objeto contundente, que se presume fue un madero, sino que también le propinaron dos balazos: uno en la cabeza y otro en el tórax, lo que fue corroborado por la Fiscalía la tarde del lunes 23 de septiembre en desarrollo de las primeras audiencias preliminares en las que Cristian Petro, a diferencia de su amigo, Juan Soto, no levantó la cara y en ocasiones se cubría con un tapaboca.
Ellos, los confesos partícipes de los hechos, fueron capturados el domingo 22 de septiembre en el barrio Nuevo Bosque de la ciudad de Cartagena. Al mediodía los hombres del Gaula de la Policía llegaron al apartamento de un segundo piso en el que se habían alojado desde hacía 4 días cuando un familiar de la compañera sentimental de Cristian Petro lo arrendó a nombre de ella para que se convirtiera en escondite.
Lo que no imaginaron Cristian y Juan era que las investigaciones del Gaula de la Policía iban a dar con su guarida. Las más de 2 mil horas de trabajo que incluyeron seguimiento con drones y 600 horas de registro de cámaras de seguridad permitieron dar el golpe en contra de quienes desde la noche del viernes 13 de septiembre se convirtieron en los hombres más buscados y por quienes la Gobernación de Córdoba ofreció una recompensa de 50 millones de pesos que no se pagarán porque no hubo información de ninguna fuente, solo fue producto de investigación y seguimiento del Gaula.
De acuerdo con los datos aportados por el Gaula se infiere que el jueves 19 de septiembre fue que Cristian y Juan llegaron a su refugio que resultó ser uno de los barrios más peligrosos de Cartagena. Y entre el viernes 13 y el miércoles 18 de septiembre estuvieron planeando su salida de Montería, para la que habrían contado con el apoyo de un abogado, según lo expresó el director general del Gaula.
Ya en poder de las autoridades que los hallaron en ese sitio con dos colchonetas, dos abanicos y abundante comida, en especial enlatados, los confesos partícipes de la masacre de Chimá empiezan a responder por lo ocurrido que se espera saber a partir del viernes 27 de septiembre a las 10:00 de la mañana cuando inicie la audiencia de imputación de cargos por parte de la Fiscalía ante el Juez Promiscuo Municipal de Chimá.
¿Quiénes son los capturados?
De acuerdo con la individualización que hizo la Fiscalía General de la Nación, Cristian Mauricio Petro Almanza tiene escasos 28 años, es técnico en producción ganadera, es nativo del corregimiento Pelayito jurisdicción del municipio de San Pelayo.
Es hijo de Benjamín Petro Villadiego y Roquelina Almaza y convive en unión libre con Erika Negrete Durango.