La cárcel Las Mercedes cerró sus puertas para el traslado masivo de reclusos provenientes de otros centros del país. La decisión fue tomada por el Inpec, apoyado por la Alcaldía de Montería, como una medida para contrarrestar la sobrepoblación al interior del penal, que fue construido con una capacidad para 800 internos y en la actualidad alberga a más de 1.700, es decir, más del 100% de sobrecupo.
Arturo Mercado Pérez, secretario de Gobierno de Montería, aseguró que 'si bien la situación en el interior de Las Mercedes ha mejorado, aún hay que reducir el número de reclusos. Buscamos evitar el colapso del penal por el hacinamiento'.
La difícil situación del penal, ubicado en la calle 35 con carreras 21 y 22, en el barrio San José, en la comuna 8 de Montería, nororiente, no solo se evidencia en el hacinamiento, pues la falta de mantenimiento a la estructura y en especial la escasez de personal tiene a los funcionarios alternando sus labores operativas con funciones de tipo administrativo.
Se trabaja como se puede
El dragoneante Eduardo Villera Toledo, cónsul de Derechos Humanos en esta cárcel, hizo una radiografía del penal y aseguró que 'trabajan a medias porque el busetón que se utiliza para trasladar a los reclusos, para que cumplan con sus compromisos judiciales, no cuenta con la revisión tecno-mecánica y siempre se queda varado'.
Según Villera Toledo, el año pasado se firmaron unos convenios con la Alcaldía de Montería por 240 millones de pesos que incluían la compra de dos vehículos, 'pero hasta la fecha no se ha concretado la adquisición porque la licitación fue declarada desierta', indicó.
La cárcel Las Mercedes alberga reclusos provenientes de todos los penales del país y, aunque la cifra no es precisa, trascendió que las ciudades que más personal envían son Barranquilla, Valledupar, Santa Marta, entre otras ciudades del país. 'Todo depende de las situaciones de crisis que presenten las otras cárceles de la región', apuntó Villera Toledo.
Un vigilante para casi mil domiciliarias
La preocupación para las directivas del penal no solo son los reclusos que alberga, pues en detención domiciliaria la cárcel tiene bajo su custodia a casi mil personas y solo cuenta con un dragoneante para hacer la respectiva vigilancia.
'No da abasto con tanta gente. En ese aspecto se trabaja como se puede, a la hora que puede, o cuando se tiene información sobre algún recluso que está evadiendo la detención', manifestó el funcionario.
Para la vigilancia en el interior de la cárcel, el Instituto Nacional Penitenciario de Colombia, Inpec, cuenta con unos 110 funcionarios que se apoyan, a su vez, con auxiliares bachilleres que prestan el servicio militar con la institución. Sin embargo, aseguran que la cifra no es suficiente. 'Aún nos hacen falta unos 70 guardianes para poder contar con personal administrativo, pues muchos tienen que alternar sus funciones operativas con labores de tema administrativo', afirmó el dragoneante.
'Algo que también afecta a la cárcel es que dentro de la población de reclusos hay 900 internos que se encuentran en detención preventiva y, según la norma jurídica, estas personas deberían estar bajo responsabilidad de la Alcaldía de Montería. Estamos usando el presupuesto nacional del Inpec para suplir algo que no nos corresponde', puntualizó Villera Toledo.