María Isabel Valencia Cárdenas, esposa del asesinado exdirector de Regalías de Córdoba Jairo Zapa Pérez, decidió romper su silencio desde el exilio –tras varios años de permanecer apartada del caso– para entregar algunas revelaciones sobre los días que antecedieron al homicidio de su esposo.
Además, le exige a la justicia colombiana que el asesinato del padre de sus cuatro hijos sea reconocido por el Gobierno como una violación a los derechos humanos y un crimen de lesa humanidad.
También exige que se realice un juicio transparente 'y que los implicados en este delito cumplan sus respectivas condenas, además de una reparación a las víctimas'.
Esta ingeniera antioqueña, quien hace un par de años abandonó el país por las reiteradas amenazas e intimidaciones, dijo que el homicidio de Zapa 'fue fríamente planeado por políticos poderosos de Córdoba'.
'He guardado silencio durante todo este tiempo porque me costó mucho trabajo la aceptación de mi duelo y el de mis hijos: mi hija de 10 años, mi hijo de 7 años y mis pequeñas gemelas de 6 años, quienes han sufrido las consecuencias de este hecho, así como el dolor que ha causado a otros familiares y amigos. Sin embargo, todavía queda esta esperanza en mi corazón para que la voz de las víctimas de diferentes delitos contra los derechos humanos en el mundo, sigan siendo escuchadas', sostiene Valencia Cárdenas.
Jairo Zapa Pérez fue desaparecido forzosamente la tarde del 27 de marzo del 2014, a través de un plan macabro que le tendieron en una casa del barrio La Castellana, de Montería, y su cuerpo fue hallado cuatro meses después en una fosa en un predio rural en inmediaciones de la vereda La Magdalena, municipio de Pueblo Nuevo (Córdoba).
La Fiscalía concluyó que el asesinato del ingeniero civil, de 36 años para la época de los hechos, obedeció al manejo de unos $100.000 millones que Zapa gestionaba anualmente para Córdoba, a través de proyectos de ciencia y tecnología y que quedaban en poder de contratistas y políticos de la región.
'Deseo constatar que mi esposo sólo trabajó en la fase de planeación de los proyectos que la Gobernación de Córdoba financiaría en la región y, por ende, solicitó el dinero para su ejecución unos días antes de su desaparición. Para aquel entonces el gobernador Alejandro Lyons designó a mi esposo como responsable directo de los proyectos de ciencia, tecnología e innovación (Ctel), supuestamente para que agilizara los trámites de los convenios, porque veía en él a un funcionario muy eficiente', relata María Isabel Valencia en una comunicación enviada a los padres de Zapa en Colombia, a la cual tuvo acceso EL HERALDO.
Valencia relata que días después de haber adquirido Zapa tal responsabilidad lo notó muy tenso, hasta el punto de confesarle a ella que tenía deseos de renunciar porque las decisiones políticas acababan con las técnicas.
'Mi esposo descubrió que dicha responsabilidad lo puso en problemas, al ver que los beneficiarios de los convenios de ciencia, tecnología e innovación incumplían los compromisos pactados en dichos proyectos y que las cuantías presupuestales eran enormes. Entonces él creó una interventoría con entidades técnicas y académicas para realizar un seguimiento minucioso a dichos proyectos, lo que molestó a los beneficiarios de esos convenios', señala la viuda de Zapa en su extensa carta de diez páginas.