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Tras un llamado de ‘auxilio’ que hizo el gobernador, Edwin Besaile, el Gobierno nacional se volcó a Córdoba ayer, para inspeccionar la calamidad que ha causado el invierno que generó el rebosamiento del río Sinú y la ciénaga Grande, y que deja 13 mil familias afectadas, que suman más de 60 mil personas.

La comisión de verificación la encabezó el director nacional de la Unidad de Atención y Prevención de Desastres, Carlos Iván Márquez, quien manifestó que el acompañamiento a las familias que ha sido golpeadas por las inundaciones será hasta el final, bajo el escenario de las declaratorias de calamidad pública en casi la totalidad de los municipios cordobeses.

'Estamos haciendo todo un trabajo de atención, inicialmente, ya hemos dicho que el trabajo de las evaluaciones es para futuro, en este momento hay que pensar en la atención inmediata porque la gente requiere comida, protegerse con toldillos y demás elementos básicos', indicó Carlos Iván Márquez mientras caminaba por la zona afectada en el punto Mata de Caña, margen izquierda del río Sinú, en Lorica.

La emergencia

En esa población rural de Lorica, campesinos como Donaldo Vargas, que lo han perdido todo recuerdan que una inundación de estas características no se registraba en la región desde hacía diez años, cuando también la fuerza del Sinú arrasó con lo que encontró a su paso.

'Estamos mal, estamos en crisis, no hay siquiera como ganarse el día de trabajo, no tenemos como comer', sostiene Vargas con los pies cubiertos de fango como muestra de la tragedia. El agua está en el patio de su vivienda, perdió todos los animales de corral y media hectárea de maíz.

En esa zona de Lorica el río Sinú rompió el camellón en cuatro sitios: Mata de Caña, Monpox, el Campano y Nicolasa. En esa zona cerca de 500 familias llevan más de un mes sin poder dormir con tranquilidad por el temor a que el río se los lleve con sus enseres.

A escasos metros Régulo Hernández, insiste en narrar su historia para advertir que le queda en deteriorado sombrero vueltiao que lleva contigo para protegerse del sol.

'Las gallinas se las llevó la creciente mientras vivimos con miedo permanentemente en la orilla del Sinú', sostiene don Régulo.

En Lorica se han perdido aproximadamente la producción agrícola de 1.500 hectáreas entre pastizales, maíz, berenjena, ají, además de otras 150 hectáreas en patios productivos.

El viceministro de agricultura, Luis Miguel Pico, dijo que una vez se concreten las cifras oficiales el Gobierno tomará decisiones que van a favorecer a los campesinos de Lorica.

La alcaldesa de Lorica, Nancy Jattin Martínez, dijo que por fortuna los más de mil casos de epidemias que se han presentado en la inundación están siendo controlados con acciones que se coordinan desde la secretaría de salud.

'Hemos activado la alerta roja en nuestro hospital San Vicente, por el momento los insumos para atender los enfermos han sido suficientes, pero seguimos pidiéndole al Gobierno nacional, las ayudas nunca están demás, y hay que seguir cubriendo las zonas afectadas con brigadas de salud', sostuvo Jattin.