Aunque en las últimas horas el nivel del río Sinú disminuyó por lo menos diez centímetros y la ‘ingeniería campesina’ controló los boquetes que abrió el torrente en zonas rurales de San Pelayo y Lorica, el rebose del mismo deja por lo menos 50.000 afectados, tanto en esas dos poblaciones como en San Bernardo del Viento, Cotorra y Cereté.
El coordinador de la Oficina de Atención y Prevención de Riesgos en la Gobernación, Fabián Lora Méndez, reportó que el río Sinú rompió en los puntos Nicolasa, en el corregimiento de Palo de Agua; en Mata de Caña, ambos sitios en Lorica, y en el punto Boca de López, San Pelayo.
'Hemos tenido filtraciones en San Pelayo, Lorica, San Bernardo, Cotorra, Cereté, hacia los diferentes corregimientos y veredas. Esperamos que esta temporada invernal disminuya porque se mantienen los niveles de alerta roja, una temporada de lluvias inclemente que no se veía desde el fenómeno de La Niña en el 2010', explicó Lora Méndez.
La alcaldesa de San Pelayo, María Alejandra Forero, tras confirmar que fue taponado el boquete en el sector Boca de López, en su municipio, hizo un llamado al Gobierno nacional para que se definan obras definitivas sobre los puntos más críticos de la ribera.
GOBERNADOR PIDE 10 MIL COSTALES
Entre tanto, tras haberse agotado los costales en Córdoba para controlar el rebose del río Sinú en los puntos críticos, el gobernador Edwin Besaile mandó a adquirir de urgencia 10.000 sacos más a Medellín, con el fin de seguir taponando la salida del torrente.
La determinación la tomó Besaile al mediodía de ayer, mientras visitó el punto crítico en el sitio Mata de Caña, Lorica, en compañía de varios diputados del Departamento, para inspeccionar la emergencia y tomar decisiones con los alcaldes ribereños, cuyos municipios están en calamidad pública.