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Por iniciativa de un grupo de campesinos de la Ciénaga Grande del bajo Sinú con influencia en Lorica, Momil, Chimá, Cotorra y Purísima, empezó a funcionar en la última localidad en mención, el primer Centro de Conservación de la Hicotea en Córdoba, como estrategia para proteger a la especie en vía de extinción.

El proyecto lo lideran nativos que hacen parte de la Asociación de Productores, Pescadores, Artesanos y Agroecológicos de Purísima (Apropapur), con la asesoría de la Corporación Autónoma de Córdoba (CVS), la empresa Urrá y la fundación Omacha.

Se trata de una alianza con la que se busca además aunar esfuerzos científicos, técnicos, financieros y operativos, para la implementación de estrategias concebidas en el Plan de Manejo y Conservación de la tortuga de río (Podocnemis lewyana) e hicotea (Trachemys callisrostris).

Para ello las instituciones que hacen parte del proyecto han capacitado a las comunidades involucradas, desarrollando campañas de educación, sensibilización y mejora de infraestructura física para sus actividades.

La hicotea es el animal más perseguido para su consumo en cada Semana Santa en esta región.Incluso, este año la Policía incautó más de 5 mil unidades en operativos y puestos de control.

Fueron liberados 107 animales

Al tiempo de inaugurar el Centro de Conservación de la Hicotea, donde funcionará un laboratorio para la incubación de nidadas y posterior liberación de centenares de unidades en la ciénaga, fueron liberadas 107 especies como muestra de lo que se quiere hacer. De ese número, 28 fueron neonatos y 9 entre juveniles y adultos.

El laboratorio para producir hicoteas está ubicado en el barrio los Pozos de Purísima, en la subregión del bajo Sinú cordobés, y será asistido por los campesinos que recibieron las instrucciones del paso a paso desde que los huevos son tomados de playas artificiales.

En mayo del año pasado la Corporación CVS liberó 1.721 neonatos de tortuga de río en la playa natural el Chorro, Lorica, en el río Sinú.

El proyecto de encubar, proteger y liberar tortugas de río, lo encabezan desde el 2003 la familia Viga, principalmente Arando y su hijo Alberto Viga, quienes se han dado a la tarea también en un laboratorio artesanal que adecuaron en las habitaciones de la vivienda familiar en la vereda Caño Viejo Lorica, con la ventaja de tener al río Sinú en el patio.