El problema de la indigencia en Montería es más visible de lo que se cree, a tal punto que en casi todos los parques, bancas, o esquina, hay un habitante de la calle apropiado de un espacio en el que refugia el trauma del abandono, el hambre y el olvido estatal.
Luis Manuel Lugo Maestre, Majayura, procedente de La Guajira, no habla de su familia quizá por problemas que no quiere recordar. Solo se limita a insistir que siente un fuerte dolor en el abdomen, donde recientemente le hicieron una cirugía, de la que no profundiza.
Como él, la gran mayoría de los indigentes que están en esta ciudad tomaron ese rumbo por problemas de disfunción familiar. Así lo concluye la subteniente Ladys Burgos, comandante de Prevención y Educación Ciudadana (Presi), de la Policía Nacional.
La citada dependencia contabilizó el año pasado 56 indigentes, de cuyo número, a 26 de los más jóvenes los incluyeron, por voluntad propia, a un programa de rehabilitación.