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El olor a verdura fresca, la explosión de colores que se evidencia en el contraste de los pimentones verdes, rojos y amarillos; el bullicio de la gente, el ambiente festivo: Es día de mercado. Sí, de mercar en los diferentes puestos y plazas de mercado renovadas y construidas por la Administración distrital de Barranquilla.

Para algunos el ir de compras es considerado todo un ritual, una tradición que se traspasa de generación a generación y en la que el mayor beneficio es el rendimiento económico que se refleja en los bolsillos.

Pero hoy esta experiencia se transforma con la revitalización del Centro Histórico de la ciudad y el plan de recuperación y restauración de los mercados públicos de Barranquilla.

Para el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, la transformación de los mercados es la oportunidad de dignificar la labor de los comerciantes y vendedores de los mercados públicos de la ciudad.

Este proceso ya es notable para barranquilleros como Jesús Martínez, padre de familia con un empleo estable que, según sus palabras, prefiere mercar en el mercado de Barranquilla, pese a que sus ingresos le permiten hacerlo en cualquier supermercado de la ciudad. Cuenta que desde pequeño acompañaba a su abuela Sebastiana a hacer la “compra” en el mercado público que funcionaba en ese entonces en gran parte de la calle 30 entre carreras 38 y 43, ocupando todo este tramo.

Para Jesús era una experiencia fascinante, a pesar de tener que caminar por calles destapadas, la mayoría de las veces llenas de barro y con olores poco agradables al olfato, provenientes de los caños que atraviezan el centro de la ciudad.

“En aquel tiempo aprendí mucho de mi abuela para saber escoger las verduras, frutas y tubérculos. Eran tiempos bonitos donde el mercado permanecía lleno de gente asidua por aprovisionarse de alimentos a bajos costos, a pesar que las condiciones de infraestructura y salubridad del lugar no eran las mejores”, sin embargo, anota, con una chispa en sus ojos, que visitar hoy las diferentes plazas de mercado de Barranquilla es una experiencia diferente en cuanto a la ubicación que tienen los vendedores en locales bien acondicionados, limpios, ornamentados y hasta con parqueadero para los compradores.

La revitalización del corazón de la ciudad inició con la recuperación de la malla vial y la renovación de su infraestructura, con el objetivo de transformar el “rostro” del centro de Barranquilla.

El plan maestro de recuperación del centro incluye: La Esquina del Arte (ejecutado), las galerías de Robertico y San Nicolás (ejecutado), el Mercado EPM (en ejecución), la Esquina del Marquetero (ejecutado), el Mercado del Playón (en ejecución), Gran Bazar (ejecutado), el Mercado El Río (en ejecución), en La Loma este último quedará unido al Gran Malecón, a lo que se suman el Callejón del Sabor, así como la rehabilitación del Mercado de Granos, a través de los cuales se busca continuar con la organización, mejoramiento y apropiación del entorno urbano de las zonas donde se encuentran ubicados estos espacios comerciales y los callejones Robertico, Policarpa y La Plaza del Cabrito.

Gran Bazar, en el corazón de Barranquillita

Pero si lo suyo es mercar en grande lo invitamos a pegarse la rodadita y vivir la experiencia de Gran Bazar: 750 vendedores con sus puestos organizados por secciones en 21.000 metros cuadrados ubicados entre las carreras 41 y 42 y calles 8 y 9 del pleno corazón de Barranquillita. Recorrer sus senderos adoquinados y ornamentados con arboles tradicionales de la región Caribe, desprovistos de los lodazales de antaño, dan cuenta de la mejora en las condiciones de trabajo de vendedores estacionarios quienes ofrecen sus productos en condiciones dignas y seguras para el consumo humano.

Los mercados de la 30

La Galería Robertico, ubicada en la calle 30 con carrera 42, donde los barranquilleros pueden comprar, en medio de sus 178 puestos, ropa, calzado, artículos en cuero, bisutería, celulares, accesorios, electrodomésticos, piñatería, cuidado para el bebé, productos naturistas.

A unos pasos se encuentran la Magola y El Playón, actualmente en rehabilitación, y donde podrás sentirte atraido por la fragancia de unas coloridas rosas, claveles, margaritas o el olor de especias como el comino, la pimienta, y el orégano, entre otros productos de la canasta familiar como frutas, verduras y carnes en general.

Claudia Jiménez, una de las comerciantes y vendedoras del mercado El Playón, manifiesta que estas obras representan un cambio para ella y para todos sus compañeros de trabajo, quienes por más de 30 años esperaron por esta intervención, pero también para la clientela de este emblemático mercado.

Dos cuadras arriba, en la esquina de la carrera 45 con la calle 30, en el mercado EPM, continúa la oferta de frutas y verduras, abarrotes y cárnicos. Esta es una edificación pintada con colores tropicales, con cerramiento y parqueo para compradores, varias entradas, ventilación e iluminación mejorada, el cual fue completamente renovado en sus 407 puestos.

Sredni, una galería multifuncional

Esta galería, ubicada en la calle 38 con carrera 43 esquina, también conocida como la esquina del marquetero, y que tuvo una inversión cercana a los $ 9.174 millones de pesos por parte de la Administración Distrital, alberga a 150 vendedores y donde los barranquilleros pueden encontrar una variedad de oferta de productos y servicios. Allí puede confluir todo aquel que necesite enmarcar sus recuerdos, plasmados en grandes o pequeñas fotografía, en hermosos encuadres de diferentes colores, formas y tamaños y ser atendido por César LLerena, un marquetero con 35 años de experiencia en este arte y quien ha sacado a su familia adelante con este oficio ejercido anteriormente en la esquina de la carrera 43 con calle 38. César, expresa con sus palabras que hoy vive el sueño que tanto anheló de tener un puesto digno donde atender a sus clientes. “Hoy me siento valorado y recompensado por Dios y la Alcaldía”, manifiesta.

Los que siguen

La oferta de mercados es amplia y variada, los mercados que siguen y que están en construcción son: mercado de granos, donde los amantes de las leguminosas verdes, frescas o secas encuentran toda la oferta y variedad que este producto agrícola nos ofrece.

Precisamente este mercado está experimentando una verdadera transformación de embellecimiento del sector con la creación de nuevas zonas verdes, intervención de paisajismo de 845 metros cuadrados y 17 árboles, convirtiéndose en un pulmón verde en el sector. Esto, por supuesto, mejora el entorno urbano y promueve un espacio más atractivo para los comerciantes y visitantes, reforzando el compromiso de la ciudad con el medioambiente y los ciudadanos.

Por último, el Mercado del Río de La Loma será un gran escenario con más de 1.800 puestos distribuidos en 18 mil metros cuadrados. Un enorme espacio convertido en plaza comercial donde los barranquilleros encontrarán prendas de vestir, calzado de todos los estilos, bolsos y productos en marroquinería, artículos para el aseo personal y una zona especial de restaurantes.