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El 2022, que ya entra en su recta final, ha sido un año complejo para el país y por tanto para la región Caribe. Ha sido un año de muchos cambios, marcados por una transición gubernamental enfocada a la justicia climática, la paz y la justicia social.

Tres ejes en los que Barranquilla y el Atlántico han venido trabajando como socios desde hace más de una década, gracias a una visión unificada del norte que se ha querido trazar para convertir a estos territorios en polos de desarrollo de la Región Caribe, abanderando proyectos de trascendencia que se anticiparon perfectamente en esta visión del nuevo gobierno.

Proyectos que se están replicando en buena parte de los departamentos de la Costa, buscando que la región esté lo suficientemente preparada para afrontar los embates del cambio climático y las consecuencias que este está derivando.

Como ya es habitual en cada mes de septiembre, la casa editorial EL HERALDO publica una nueva edición de Proyecto Caribe, la VIII edición, con el propósito de resaltar las apuestas e iniciativas en desarrollo o que necesitan para estar preparados como región para las transformaciones que demandan nuestras realidades hoy.

Justo cuando el Caribe libra la batalla por unas tarifas justas de energía – las actuales han llevado a la pobreza monetaria a más de 5 mil hogares de la región –, vale la pena resaltar aquellas iniciativas que se proponen la transformación energética tan necesaria para migrar a las energías limpias y renovables, como el primer parque eólico marino que se proyecta entre Atlántico y Bolívar, la instalación de paneles solares en los edificios públicos de Barranquilla que lidera la Alcaldía, los parques eólicos en La Guajira, entre muchos otros proyectos en este sentido.

De la mano de las energías limpias viene el desarrollo del turismo sostenible. En ello el concepto de biodiverciudad juega un papel trascendental, porque es hacia allá que deben terminar enfocados todos nuestros territorios. Barranquilla avanza a pasos agigantados con el desarrollo de su plan de parques y bosques urbanos, pero especialmente con la recuperación de la ciénaga de Mallorquín y la construcción del ecoparque. Todo un complejo turístico y ecológico que beneficiará a unas 20 mil personas del entorno, fuera del número importante de visitantes que se espera atraer para recorrer las 800 hectáreas que tendrá.

Y el Atlántico como departamento ha trabajado intensamente para repotenciar como destinos a sus municipios con proyectos como los murales, la Ruta del Girasol, miradores y, especialmente, la recuperación integral de la Plaza de Puerto, su malecón y la réplica de 200 metros del viejo muelle. 30 mil mt2 de espacio público y una inversión de unos $20 mil millones que comienzan a generar empleo y oportunidades para los porteños.

Capítulo aparte merece el Canal del Dique y su recuperación. Una demanda de 19 municipios de Atlántico, Bolívar y Sucre, y sus 1,5 millones de habitantes que tienen injerencia en el cuerpo de agua y que se verían impactados de concretarse finalmente la alianza público-privada para su recuperación.

La ola invernal de 2010 ya nos hizo vivir la más amarga experiencia de los últimos tiempos cuando se abrió el boquete que inundó todo el sur del Atlántico. La que apenas comienza en este 2022 no deja de causar temor y zozobra. Por ello el anhelo de los pobladores en torno al Dique – el 80 por ciento de ellos dependen de actividades agropecuarias y pesqueras – es que finalmente se adjudiquen las obras que se han venido dilatando por diferentes factores.

Tras más de 250 mesas de trabajo, diferentes socializaciones y consultas, incluso la visita del presidente Gustavo Petro a la zona, lo que se espera es que finalmente se firme el contrato y arranquen los trabajos que puedan mitigar el impacto de posibles inundaciones, así como recuperar los sistemas degradados del cuerpo de agua y controlar la sedimentación.

El Proyecto Caribe no es solo el nombre de esta publicación, debe convertirse en una prioridad y un alto valor estratégico por su riqueza y potencial para impulsar el desarrollo de la nación.