Hace unos meses nos dieron la oportunidad de recuperar espacios perdidos, retomar momentos, sonrisas y aprendizajes. Hace unos meses la magia de la primera infancia pudo renacer y volver a tener momentos de felicidad y encuentros.
De manera segura pudimos reencontrarnos y aprender juntos. El Piloto de Apertura Presencial Excepcional, PAPE, fue exitoso y permitió evaluar y reconocer que, de manera segura y con todos los protocolos de bioseguridad, es posible retornar a los espacios pedagógicos.
La incertidumbre de saber si los niños iban a ser 'capaces' de cumplir los protocolos era absoluta, pero ellos son mejores que los adultos, siguen instrucciones y tienen una capacidad empática inigualable. Ellos saben que deben cuidarse a ellos mismos y cuidar otro y lo hacen de manera excepcional. Los niños son grandes maestros y tienen una memoria envidiable, ellos saben cada paso para hacer el ingreso, moverse dentro del CDI, interactuar de manera segura, tomar sus alimentos y salir del CDI, puedo decir con total tranquilidad, que se apropiaron muy rápido de los protocolos de bioseguridad y dejaron los miedos a un lado. Volver a sus espacios y recuperar sus tiempos, tuvo un impacto positivo en su área emocional y social, el aislamiento ha tenido repercusiones importantes en pataletas, miedos irracionales y comportamientos no deseados en nuestra primera infancia.
El trabajo con las familias fue fundamental, ellos son partícipes activos del desarrollo integral de sus hijos, y fueron nuestros coequiperos para trabajar con confianza, seguridad y tranquilidad de que todo va a estar bien. Las familias sintieron un gran apoyo al poder recuperar todos el espacio vital que habitan como seres humanos.
EL PAPE fu un trabajo en equipo entre sectores, lo público y lo privado se aliaron para hacer realidad un gran sueño. La Secretaría de Gestión Social, la Secretaría de Salud y EL ICBF hicieron un acompañamiento y orientación constante en el proceso, la construcción conjunta fue indispensable en esta gran apuesta, sin duda alguna entre todos logramos materializar ideas e implementar todo lo que se requiere para que los niños y sus familias estuvieran felices y seguros.
El seguimiento, monitoreo y formación a familias y talento humano es parte fundamental en el PAPE, es una herramienta que nos permitió contar con la información necesaria para saber si había casos o sospechas de casos y tener una ruta de cómo actuar dado el caso que se presentara. No tuvimos ningún caso de Covid – 19 presentado durante la prestación del servicio.
Soñar es importante y hacer realidad los sueños es enriquecedor. De la mano de muchas personas trabajamos día y noche para hacer esto posible y decirle a todo el país que Barranquilla es ejemplo de alternancia en primera infancia, que se hizo bien y fue exitoso.
Que los espacios de los niños hayan podido volver a llenarse de juegos, risas y felicidad es mi gran recompensa, porque por ellos es que trabajamos cada día y sabemos que estar ahí, en sus CDI, es necesario para su desarrollo integral, saber que pertenecen a un lugar y que ahí se respetan sus emociones, tiempos e inquietudes es su derecho y en Barranquilla estamos dispuestos a seguir acompañándolos en la etapa más importante de sus vidas: la primera infancia.