El 29 de marzo de 2020 marcó la fecha en que el departamento de Sucre registró su primer caso de la COVID-19. Desde ahí hasta comienzos de octubre iban 14.015 casos confirmados del nuevo coronavirus y 584 fallecidos. Tantos muertos como los que se dice que dejaron en una sola tarde la caída de los palcos de las corralejas, el 20 de enero de 1980.
La pandemia ha causado muchos golpes a la sociedad sucreña, pero esta sigue batallando con un sistema de salud precario que se vio obligado a empezar un fortalecimiento aplazado durante décadas; el otro mecanismo de defensa ha sido apelar a la responsabilidad que todos esperan de todos, la conciencia sobre la nocividad del virus en una tierra con dos hospitales intervenidos por el Gobierno: el Universitario de Sincelejo y el de San Marcos.
El gobernador Héctor Espinosa Oliver reconoce que la atención a la emergencia sanitaria ha sido 'un reto muy grande' del que Sucre, en su concepto, ha salido bien porque ha conseguido parar la curva de contagio. 'Teníamos pronosticados 4.500 fallecimientos, hoy van casi 600. Es mucha gente, pero hubiese podido ser peor, eso se debe a la gestión colectiva que adelantamos con nuestra Secretaría de Salud, con los epidemiólogos y con las EPS con las que nos articulamos con la estrategia que nos dio resultados', sostiene.
El gran temor del departamento de Sucre es que sus servicios se vieran colapsados por el brote de la COVID-19. Aunque los medios conocieron de colapsos de salas en clínicas, el gobernador señala que los servicios y la capacidad hospitalaria nunca se vieron amenazados. 'Logramos contener el virus con la atención domiciliaria en los hogares y tener siempre buena disponibilidad en los hospitales', asegura el mandatario. El aspecto de la atención hospitalaria ha sido muy criticado, decenas de pacientes se quedaron esperando que les tomaran la muestra para saber si tenían el virus y otros no recibieron el resultado de la prueba.
Sincelejo es el municipio más afectado: registra más de 9.000 casos y 372 muertos. En todo Sucre, de los más de 14.015 casos, hay 274 activos y 13.177 recuperados. La Universidad de Sucre se destacó por su liderazgo con la puesta en marcha en un tiempo oportuno de su Laboratorio de Ciencias Biomédicas, uno de los primeros de su tipo en operar para la realización de la prueba de coronavirus.
El método
Para enfrentar el virus y reducir la amenaza latente de rebrote, el departamento de Sucre lanzó la estrategia Unidos por Sucre, una alianza del sector público y el privado, con el liderazgo de Comfasucre, para aplicar búsqueda activa y atención domiciliaria a pacientes con síntomas que no requieren hospitalización.
Unidos por Sucre ha tenido dos fases, la más reciente fue lanzada el 4 de agosto. La primera operó en Sincelejo y la segunda se extendió a todo el departamento. Los beneficiarios del programa reciben un kit que contiene alcohol, jabón líquido, solución hipoclorosa para desinfectar superficies, 15 tapabocas para los días de aislamiento, termómetro, pulsioxímetro para garantizar la vigilancia de la cantidad de oxígeno en la sangre en aquellos pacientes que, según valoración médica, lo requieran.
'A lo anterior se suma un robot llamado Gabriela, que se encarga de hacer 20.000 llamadas diarias y que permite clasificar a los pacientes dependiendo de los síntomas que tengan. Asimismo, los valora un equipo médico determinando si se hace la visita médica domiciliaria y qué tipo de medicación se le recomienda, siempre respetando la autonomía de los médicos', explicó Unidos por Sucre en su II fase.
La estrategia consiguió que la red hospitalaria, pública y privada, se mantuviera en el 50% de ocupación.
Los cercos, la estrategia de Sincelejo
Después de vivir una cuarentena estricta, Sincelejo sumó a su plan de acción contra la COVID-19 una estrategia denominada cercos epidemiológicos, que consiste en cerrar barrios o corregimientos por 14 días para cortar la cadena de contagio. Catorce días son, según los epidemiólogos, el período de incubación del virus, de manera que ese tiempo de relativa parálisis social en los sectores es vital para controlar el brote.
La estrategia incluye una atención integral, siendo la principal la entrega de paquetes alimentarios a las familias necesitadas con el fin de garantizar su permanencia segura en sus casas.
El primer cerco epidemiológico tuvo lugar en el barrio La Trinidad, donde el resultado se tradujo en cifras: antes del cerco había 119 casos positivos y 7 fallecidos, y luego del cierre, 105 recuperados y 8 casos activos. No hubo más decesos los días siguientes.
Luego hubo tres cercos más: uno en el corregimiento La Gallera y dos más en los barrios San Vicente y Villa Mady.
Inversión necesaria
Para enfrentar la pandemia el Gobierno fortaleció al intervenido Hospital Universitario de Sincelejo, al Regional de San Marcos y a las clínicas, para que afronten la carga del coronavirus. Alrededor de 50 ventiladores han reforzado la capacidad de atención de todos estos. En San Marcos fue habilitada, por primera vez en toda su historia, una moderna unidad de cuidados intensivos, lo que evita el desplazamiento de pacientes en un viaje de casi tres horas a Sincelejo vía terrestre.