El COVID-19 afectó directamente la estabilidad de las personas, y sin duda unos de los más afectados fueron los niños y niñas, quienes vieron alterado su entorno social y familiar, lo que puede generar consecuencias en el bienestar y desarrollo de los infantes.
La crisis llevó a que colegios cerraran con el fin de evitar la propagación del virus en niños y adolescentes. Esta situación lleva a que los niños sientan frustración al no poder jugar al aire libre, el no tener contacto directo con otros niños, y genera que consuman de manera excesiva contenidos digitales y que los niños se alimenten de forma poco saludable.
Según la directora del programa de Psicología de Areandina Valledupar, Jessica Mejía, es importante generar espacios y rutinas de interacción con los niños, que permitan atender las necesidades de apoyo emocional que surgen durante el aislamiento para los mismos, teniendo en cuenta que la OMS afirma que los niños pueden manifestar en etapas de cuarentena: estrés, retraimiento, enojo, ataques de pánico y síntomas psicosomáticos, así como aburrimiento y desgano, manifestaciones que llevarán a que los niños necesiten atención extra.
Ante ello, el programa de Psicología a través de los estudiantes del curso Psicopatología del niño y el adolescente que orienta la docente Liliana Silvera, preparó una serie de consejos prácticos dirigidos a que los padres generen para sus hijos espacios amigables con los niños y su salud mental: