En panel denominado la agroindustria y el pequeño productor del debate Caribe Agro, moderado por el secretario de Desarrollo Económico del Atlántico Anatolio Santos, los invitados tuvieron la oportunidad de conversar sobre los modelos de negocios, las lecciones aprendidas desde cada una de sus perspectivas y algunas herramientas de políticas públicas.
Luis Francisco Dangond, presidente de Fedepalma, aseguró que tienen más de 25 años de estar trabajando el tema de las alianzas productivas en las zonas más complejas del país como Tumaco, El sur de bolívar, Catatumbo, entre otros sitios, donde se ha demostrado que este es un modelo que permite que el pequeño productor se vincule a la cadena productiva de manera empresarial y de forma exitosa.
'Para que el pequeño productor sea exitoso debe estar encadenado con el mercado y tiene que ser parte de la cadena. Es fundamental que haya inclusión y cuando hablamos de esto me refiero a que pueda salir de pobre, se convierta en un actor importante en su comunidad y tenga participación en la propiedad de su esfuerzo de trabajo'.
En funcionario consideró que, aunque actualmente existen herramientas de política pública como crédito a mejor taza, mayor plazo o tarifa diferencial en renta, el problema radica en wue no hay la capacidad para ponerlas a funcionar de una forma integral.
Para José Francisco Zúñiga, presidente de Asbama, la asociación cuenta con un modelo incluyente para los pequeños bananeros que se encuentran agrupados en 6 cooperativas donde tienen acceso a fumigación, fertilizantes y al comercio internacional sin intermediarios, entre otros beneficios.
'Hay que darle herramientas para que se fortalezcan en temas socio empresariales, infraestructura productiva, brindarle mejoras tecnológicas, información, emprendimiento y ayudarlos para que lleguen donde se encuentren ofreciendo sus productos en el mercado internacional'.
Incluyó que la falta de legalidad en sus tierras no les ha permitido muchas veces a los pequeños productores acceder a los créditos por lo que propuso realizar una política que les permitiera esta legalización.
Según el vicepresidente de inversiones de Finagro, Luis Carlos Morales, su modelo se basó en 3 pilares fundmentales que son desarrollo productivo, competitividad industrial y desarrollar los negocios de cara a los mercados.
'No hay exclusión entre agroindustria y pequeño productor en este tipo de modelos, todo lo contrario, es un trabajo de sinergia'.
Agrega que debe haber un esfuerzo entre agroindustria y productores en tratar de rediseñar las relaciones de intercambio entre los actores.
Además, tener un gran foco de competitividad, no solo desde la articulación de los diferentes actores sino ser muy realistas donde hay ventajas competitivas.
Por otro lado, Felipe Fonseca Fino, director de UPRA, explicó las características de la región Caribe donde finalmente manifestó que una planificación y visión a largo plazo es clave para orientar en las decisiones.
'Hemos encontrado gremios clarísimos que saben para donde van, algunos no logran encadenamiento productivo, pero el tema de la planeación es fundamental'.
También expresó que las zonas de reserva campesinas y las zonas de desarrollo empresarial son dos figuras que inciden en el ordenamiento territorial y se crearon a través de la ley de reforma agraria que 'se quedó solo en el papel'.
Por lo anterior, está convencido de que el sector debe ser objeto de ordenación, pero además debe tener una visión estratégica y determinar cuáles son sus zonas estratégicas, donde se pueda orientar la agroindustria y la agricultura campesina, para que tanto políticas públicas como las privadas concurran de manera armónica.