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Si hay algo que caracteriza a un barranquillero es su alegría y su forma de encontrar lo positivo en cualquier situación.

Ser barranquillero es más que portar un gentilicio, así lo tienen claro los habitantes de la ‘Arenosa’. 

'Ser barranquillero va más allá de las expresiones que nos caracterizan por haber nacido y de aquellos que se identifican con esta ciudad a quienes se les ha acogido sintiéndose en casa', así lo expresa el sociólogo Kevin Acosta. 

Los barranquilleros son alegres, les gusta la música, les encanta el baile, ser de esta tierra significa más que haber nacido aquí.

Eduardo Orozco, un joven universitario, piensa que los barranquilleros marcan la diferencia donde van porque su forma de ser los lleva a ganarse el aprecio de todo el mundo.

'Levantarse todos los días, ver el sol encima, saber que tenemos el mar Caribe en frente y diagonal el río Magdalena, nuestra forma de ser, el conglomerado de población que tenemos, que nos hace diferentes, que viene de todas partes del mundo, nos permite desarrollar cosas espontaneas que nos identifican', así lo expresa Alejandro Char, alcalde de Barranquilla. 

El periodista Juan Gosaín también hace una radiografía de lo que significa ser un currambero y admite su admiración por la forma en como todos los hijos de esta ciudad se sobreponen con alegría de las situaciones adversas por las que tienen que pasar día a día. 

Reconoce la originalidad de los barranquilleros por su forma de expresarse y su manera de pensar, sobretodo destaca el sentido de pertenencia que sienten por cada una de las expresiones autóctonas de la ciudad. 

El buen humor también es uno de los atributos que hace que los barranquilleros se diferencien del resto de los costeños, poniéndole un sabor diferente a las situaciones que atraviesan. 

'El barranquillero le pone un poco de humor a todo, no porque sea irresponsable sino porque sabe que la vida es demasiado cruel pa' tomarla en serio', expresa.

Resalta que Barranquilla no se parece a ninguna otra ciudad gracias a su originalidad y destaca los detalles que imprimen las particularidades del habitante de la capital del Atlántico. 'Es absolutamente original y autóctona', porque nació de una forma singular, así mismo por el lenguaje que maneja el barranquillero.

En esta ciudad se maneja un lenguaje diferente, así lo recopiló el abogado y periodista Ley Martin, quien escribió un diccionario llamado ‘Caribeñol’, según el la manera de hablar de los habitantes de este territorio del país hablan de una manera diferente, utilizando expresiones propias y muy particulares. 

'Nos ha dejado ver, entre otras cosas, que tenemos más de 30 palabras para nombrar un problema de diversas formas en su reemplazo, aprieto, apuro, dificultad, inconveniente, entre otras; como si en el fondo se quisiera evitar la carga semántica de seriedad y gravedad concentradas en la palabra problema, y se consiguiera dispersar en múltiples expresiones, casi todas teñidas de humor, eludiendo la connotación natural de la palabra', explica. 

Para Martin toda esta riqueza lingüística ha permitido construir un lenguaje folclórico que de alguna manera refleja la cultura de la ‘Arenosa’.

El también periodista Alberto Martínez, quien lleva más de una década habitando en la ‘Puerta de Oro’ se refirió al barranquillero como un ser único, alegre y pujante. 'El barranquillero es un ser que no se parece a nadie, que ama la vida por sobre todas las cosas, que le pone baile a su andar y que hace una fiesta cuando tiene una adversidad', puntualizó.

En la ciudad se siente un ambiente especial, no solo por el cumpleaños de Barranquila, naturalmente la 'Puerta de Oro' respira alegría y la contagia a las poblaciones que están colidantes con ella, el barranquillero transpira felicidad y sin importar en que sector se encuentre hace hasta lo imposible por convertir a la 'Arenosa' en la 'Tierra Prometida del Caribe', no solo colombiano sino del gran Caribe.