Lo confieso, confieso que esta columna la escribo desde mi alma y que intencionalmente, quise que no correspondiera a un gran articulo indexado que me ubique entre las figuras investigativas de la academia social o feminista, esta vez elijo ubicarme en el universo humanizado de decirme, para, tienes derecho a la pausa y a tomarte el tiempo para amarte a ti.
El llamado es a asomarnos hacia nuestros mundos internos con sensatez y transparencia y reflexionar respecto a las modas narrativas y de impacto social, para que cumplan su propósito de manera genuina y contundente, impactando de manera significativa y positiva a la humanidad. La diversidad no es una moda y ya, es un universo de transformaciones, delimitaciones y oportunidades para ampliar todas las formas de existir, hacer y ser.
Afirmo con mucha alegría que la asociación Evas&Adanes sigue tejiendo transformación para la Guajira desde acciones contundentes y amor por una tierra que no se rinde. La tercera semana de abril del presente año estuvimos en un trabajo de inmersión en comunidades que inspira mi vida de manera significativa además de sentir mayor compromiso ante las necesidades que padece mi territorio.
Ya va siendo hora de que la Federación y el sistema en general (Estado, sector privado y los actores que correspondan) le den el trofeo de dignidad, justicia, equidad e igualdad de derechos, que las futbolistas colombianas merecen y se han ganado con notable esfuerzo; porque ni el deporte en general, ni el fútbol tienen género o restricciones, es este un escenario de libertad, constructor de paz, esperanzas y nuevo país.