En las zonas rurales de Sipí, Chocó, habitantes de Buenas Brisas y San Agustín se vieron obligados a abandonar sus hogares o a resguardarse en ellos durante horas, debido al enfrentamiento armado entre el Eln y el Clan del Golfo que estalló esta semana en esa región del Pacífico.
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Los reportes preliminares coinciden en que varias familias aprovecharon breves pausas en los combates para desplazarse hacia otros puntos del departamento, mientras que un número indeterminado continúa sin poder salir por temor a quedar atrapado en el fuego cruzado.
Ante la gravedad de los hechos, la gobernadora de Chocó, Nubia Carolina Córdoba, convocó un Consejo de Seguridad Extraordinario. El encuentro derivó en la declaratoria de alerta humanitaria para las comunidades de la cuenca media del río San Juan, donde también se investiga la posible instalación de artefactos explosivos.
Funcionarios del subcomité de prevención y protección se desplazaron hacia la zona para establecer el alcance de los daños y determinar los apoyos que deberán activarse para atender a las personas desplazadas y confinadas por los choques entre los dos grupos armados.
Organizaciones sociales y autoridades municipales insisten en que la Fuerza Pública debe llegar cuanto antes a los puntos críticos para frenar el avance del ELN y el Clan del Golfo. La solicitud incluye un despliegue militar y policial que permita estabilizar la zona y prevenir nuevos desplazamientos.





















