Una actividad que parecía inofensiva terminó convirtiéndose en una pesadilla financiera para Nidia Rincón, una mujer de 73 años que fue abordada en pleno centro de Medellín con la promesa de un premio, y que minutos después se vio involucrada en un crédito bancario por 40 millones de pesos que, según su familia, nunca solicitó conscientemente.
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El caso ocurrió el pasado 3 de julio en las inmediaciones del Parque de Bolívar, cuando doña Nidia y dos de sus hermanas, de 70 y 68 años, fueron interceptadas por un grupo de jóvenes vestidos con uniformes similares a los del personal médico. Les ofrecieron participar en un juego de “raspa y gana” mientras caminaban por el Pasaje Junín.
De acuerdo con su hija, Claudia Ospina, a su madre le dijeron que había ganado un mercado, lo que dio pie a que las llevaran a un local comercial del segundo piso del centro Maracaibo, donde supuestamente se entregaría el premio.
Una vez en el lugar, las mujeres fueron inducidas a diligenciar formularios con datos personales y, según el relato de Claudia, a entregar documentos como la cédula, tarjetas bancarias y el celular de doña Nidia. Todo esto, bajo el argumento de que se gestionaría un subsidio estatal para una de sus hermanas.
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Acorde con el relato de Ospina, los jóvenes les dijeron a las mujeres que como una de ellas no tenía casa, podían ayudarle con un subsidio del Gobierno, y usaron los datos de su mamá para dicho trámite.
Lo que vino después fue aún más desconcertante. En cuestión de 13 minutos, entre las 12:07 y las 12:20 p. m., se realizó un préstamo por 40 millones de pesos a nombre de Nidia Rincón. El dinero fue transferido a través de la aplicación móvil de su banco.
La familia sospecha que, mientras hablaban con ella, los implicados descargaron la app bancaria en su teléfono, accedieron a sus datos personales y tramitaron el crédito usando un cupo preaprobado.
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“Eso lo tuvieron que hacer ellos mismos porque mi mamá casi que no sabe usar el teléfono, sino para llamar”, señaló Claudia. Aunque no hubo amenazas ni coacciones visibles, la hija de la afectada asegura que su madre actuó como si no estuviera plenamente consciente de lo que hacía.
Intentaron reclamar en el banco, pero inicialmente no obtuvieron una respuesta favorable. También regresaron al local donde se había desarrollado el supuesto proceso, y allí les dijeron que todo había sido legal: doña Nidia habría comprado un paquete de asesorías financieras e inmobiliarias. Según los responsables, esa era la justificación para el desembolso.
Incluso les propusieron devolver el dinero mediante el derecho de retracto, pero a cambio exigían que la señora firmara un documento en el que constaba que la transacción se hizo de manera voluntaria, y se comprometía a no interponer acciones legales. La familia rechazó esta condición y ya había iniciado un trámite ante la Fiscalía.
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Finalmente, el lunes siguiente recibieron en la cuenta los $40 millones, sin necesidad de firmar ningún acuerdo. Con esa suma pagaron el crédito bancario, aunque asumieron cerca de $486.000 por concepto de intereses e impuestos.
“Hasta hoy no me han escrito y seguro que nos van a pedir que firmemos, pero no lo haremos porque fue una estafa”, recalcó Claudia.
La familia agradece el respaldo mediático que, según consideran, fue determinante para que se les devolviera el dinero. Sin embargo, Claudia advierte que estas prácticas podrían seguir ocurriendo con otras personas vulnerables, y llama a las autoridades a investigar de fondo.
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“Ellos, para seguir en el local y que las autoridades no puedan intervenir, devolvieron el dinero, pero a mi mamá la engañaron, yo voy a continuar con todo”, concluyó la mujer.