Las autoridades del municipio de Aguazul, en el departamento de Casanare, investigan las circunstancias en las que murieron cuatro integrantes de una misma familia en la vereda Atalayas, una zona rural ubicada a unos 20 minutos del casco urbano.
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El hallazgo se produjo el pasado viernes en horas de la tarde, luego de que un ciudadano se acercara a la estación de Policía para advertir sobre la presencia de personas sin vida en la finca La Colombiana, donde residía la familia.
Tras la alerta, uniformados de la Policía y unidades del Cuerpo Técnico de Investigaciones (CTI) de la Fiscalía se trasladaron al lugar. En el sitio, los investigadores encontraron los cuerpos sin vida de Rafael Estrada Granados, de 46 años; su compañera sentimental, Andrea Alejandra Samacá Rodríguez, de 24; y sus dos hijos, de cinco y dos años de edad.
De acuerdo con información suministrada por las autoridades, los cuerpos se encontraban en una de las habitaciones de la vivienda. Durante la inspección técnica no se detectaron señales de violencia, heridas o uso de armas.
Sin embargo, los uniformados reportaron la presencia de un olor a insecticida en el ambiente y, además, uno de los cadáveres presentaba espuma en la boca, lo que ha llevado a considerar la posibilidad de una intoxicación, aunque esto aún no ha sido confirmado.
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La finca donde ocurrieron los hechos se encuentra en una zona aislada, rodeada de pocas viviendas. La escuela más cercana está ubicada a unos 800 metros de distancia. Según han indicado vecinos del sector, se trataba de una familia trabajadora, oriunda de los municipios de San Luis de Palenque y Hato Corozal, ambos en Casanare.
Hasta el momento no se conocen antecedentes de problemas familiares, conflictos o situaciones económicas que pudieran dar pistas sobre lo ocurrido. Las autoridades insisten en que solo los resultados de los exámenes forenses y las investigaciones determinarán las causas exactas de la tragedia.
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El caso ha generado consternación entre los habitantes del municipio y del departamento, quienes siguen a la espera de que se esclarezca lo sucedido.