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Por diferencias con el alto comisionado para la Paz, Otty Patiño, su mano derecha, María Paz Lara, y el jefe negociador con el Clan del Golfo, Álvaro Jiménez, un grupo de 16 exparamilitares, entre los que figura Salvatore Mancuso, suspendió su labor como gestores de paz que había otorgado el presidente Gustavo Petro a finales de noviembre del año pasado.

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Vale mencionar que el pasado 1 de junio, el ex jefe de las AUC había denunciado la presencia de un “enemigo interno” que “boicotea al presidente y sabotea la paz total”.

“Reconozco y respaldo los esfuerzos de paz y reconciliación del Presidente Petro y de toda autoridad que la impulse genuinamente”, mencionó en ese momento.

Sin embargo, en las últimas hora se conoció una carta firmada por exparamilitares anunciando la decisión de suspender dicha tarea, denunciando incumplimientos del comisionado de Paz, Otty Patiño.

“Los suscritos, excomandantes de las Autodefensas Campesinas de Colombia, nombrados por el gobierno que usted preside como Gestores de Paz mediante la resolución 453 de 8 de noviembre de 2024, nos dirigimos a usted con el mayor respeto para comunicarle nuestra decisión de suspender el encargo conferido, ponerlo a su entera disposición y, en consecuencia, suspender las relaciones con la Oficina del Consejero Comisionado para la Paz”, se lee en la misiva dirigida al presidente Petro.

“Un gesto meramente simbólico”

Uno de los argumentos que expusieron los exparamilitares para suspender la gestoría de paz es el “incumplimiento de los compromisos por parte de la Oficina del Consejero Comisionado para la Paz”.

Aseguraron que, en la práctica, las designaciones como gestores de paz “se convirtieron en un gesto meramente simbólico, puesto que la OCCP jamás tuvo la intención ni compromiso real para materializarlas, los incumplimientos reiterados, dilaciones sistemáticas, la lesiva falta de transparencia, y la abierta insubordinación frente a sus órdenes presidenciales directas y públicas, la falta de gestión efectiva y voluntad política por parte de dicha oficina han minado la confianza, haciendo imposible continuar ejerciendo nuestras gestorías de forma eficiente y digna”.