El secuestro de Lyan Hortúa mantuvo en vilo al país durante 18 días, convirtiéndose en uno de los hechos violentos que ha generado mayor rechazo en el país en lo corrido del presente año.
Llevado a cabo el pasado 3 de mayo en Jamundí, Valle del Cauca, las hipótesis alrededor del caso indican que el frente Jaime Martínez de las disidencias de las Farc, bajo la coordinación de alias Oso Yogui, fue el responsable del rapto del menor de 11 años.
Le recomendamos: Familia de Lyan José Hortúa cuestiona el “silencio” del presidente Petro durante el secuestro del menor
Según la revista SEMANA, el verdadero objetivo del secuestro habría sido la madre del menor, Angie Bonilla, o su padrastro Jorsuar Suárez, reconocido joyero de la ciudad de Cali, pero los captores optaron por llevarse a Lyan para presionar por saldar una antigua deuda de más de 37.000 millones de pesos.
Según lo informado por distintos medios, detrás del secuestro del menor habría una historia de crimen organizado desde hace más de 10 años.
José Leonardo Hortúa Blandón, alias ‘Mascota‘, padre biológico de Lyan, era el heredero designado de la organización narcoparamilitar Los Rastrojos, creada por Diego Rastrojo como brazo armado del Cartel del Norte del Valle. Cuando ‘Mascota’ fue asesinado en 2013 en un consultorio odontológico de Cali, dejó una fortuna sin adjudicar y una pareja embarazada: Angie Bonilla, quien esperaba a Lyan.
La extradición de Diego Rastrojo en 2012 y el posterior asesinato de su lugarteniente crearon un vacío de poder que, más de diez años después, volvió a cobrar víctimas inocentes.
Según investigaciones periodísticas, un antiguo miembro de Los Rastrojos exigió a Angie Bonilla la entrega de bienes que supuestamente había dejado ‘Mascota‘, valuados en más de 37.000 millones de pesos. Ante la negativa de la mujer, quien aseguró no poseer tales recursos, comenzaron las amenazas que culminaron con el secuestro de su hijo.
El operativo fue ejecutado por la estructura disidente Jaime Martínez de las FARC, bajo encargo directo de los antiguos aliados del capo extraditado. Durante su cautiverio, Lyan fue amarrado por días y marcaba las paredes con sus uñas para contar el tiempo transcurrido.
Le sugerimos leer: Tío de Lyan José Hortúa aseguró que tuvieron que pagar por su rescate
Paradójicamente, la vida del menor se salvó gracias a una intrincada red de lealtades criminales. Varios capos del Valle del Cauca, identificados como alias Pipe Tuluá, Alacrán y Guacamayo, habrían intervenido para exigir respeto por la vida del niño, evitando que el caso escalara a una guerra entre estructuras, según informó SEMANA.
“Desde el principio, todos sabían que era una deuda del narcotráfico y no se quisieron meter con eso”, dijo una fuente al diario citado anteriormente. “Si al niño le pasaba algo, se nos caía la ciudad (Cali)”, habría advertido la mesa de rescate, temiendo las consecuencias de una confrontación armada en Cali.
La familia pagó entre 4.000 millones de pesos y dos millones de dólares por la liberación de Lyan. Antonio Cuadros, primo del padrastro del menor, fue quien entregó el dinero. Un día después de la liberación del niño, Cuadros fue asesinado a tiros en el barrio Bretaña de Cali, en lo que las autoridades investigan como una posible represalia relacionada con el pago del rescate.
Angie Bonilla, ahora conocida en redes sociales como Barbie Vanesa, ha intentado reconstruir su vida alejada del mundo criminal. Sin embargo, los vínculos de su expareja la alcanzaron. Tanto ella como su actual esposo, el joyero Jorsuar Suárez, niegan cualquier relación con actividades ilícitas.