Compartir:

El Gobierno Nacional está estudiando la posibilidad de convocar sesiones extraordinarias en el Congreso para iniciar la discusión de algunas reformas antes del 16 de febrero.

La información fue entregada por el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien explicó que en este periodo legislativo la prioridad del ejecutivo es sacar adelante la reforma a la salud, la laboral y la jurisdicción agraria, que tiene mensaje de urgencia.

“Lo que ocupará la atención del Gobierno son tres proyectos esenciales: la reforma la salud, que está en Cámara, y que aspiramos a que pueda hacer tránsito hacia el Senado. Las otras prioridades son la laboral, que ya se presentó ponencia en la comisión séptima del Senado, y la jurisdicción agraria, que tiene mensaje de urgencia y que fue aprobada por amplios consensos”, explicó Cristo este martes.

Balance del primer periodo

En el primer periodo legislativo de la tercera legislatura del actual Congreso, la de 2024-2025, hubo un Parlamento independiente, que no fue notario del Gobierno y que les dijo no sobre todo a algunas de las leyes económicas como el Presupuesto 2015 y la ley de financiamiento, así como a la reforma política, pero que al mismo tiempo no le bloqueó iniciativas a la Casa de Nariño en las que hubo mayor consenso entre ambas ramas: la reforma al SGP y la ley ordinaria de la jurisdicción agraria, y con mayor cautela la reforma laboral y la reforma a la salud.

Las discusiones entre el presidente de la República, Gustavo Petro, y el presidente del Congreso, Efraín Cepeda, del Partido Conservador, fueron en crescendo hacia el final del periodo, con la constante de las críticas del primer mandatario por los reveses que sufrió en las Comisiones Económicas Conjuntas y en la plenaria del Senado, y el llamado a la serenidad y la reivindicación de la autonomía legislativa por parte del jefe del Capitolio.

Pero el jefe de Estado, igualmente, ha dicho que Cepeda Sarabia quiere asumir la presidencia del país cuando el supuesto golpe blando se dé, dice Petro, luego de que el Consejo Nacional Electoral, CNE, haya dejado la pesquisa por aparente financiación irregular de la campaña presidencial en la Comisión de Acusaciones de la Cámara -donde Petro Urrego tiene mayorías- y esto trascienda a la plenaria de la Cámara -donde también tiene mayorías el Gobierno- y finalmente a un eventual juicio político en el Senado que sacaría de su cargo al primer mandatario.

También pasó por el Congreso la nube negra del escándalo de corrupción en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, Ungrd, con las confesiones de los exdirectivos Olmedo López y Sneyder Pinilla derivando en llamados de la Corte Suprema de Justicia a una decena de parlamentarios de la Comisión de Crédito Público y a los ex presidentes de ambas cámaras en la legislatura pasada, porque al parecer habrían facilitado decisiones legislativas a cambio de contratos o dinero mediados por la Ungrd, lo que a su vez precipitó las renuncias del ex ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, y del ex ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, y causó el envío a la cárcel de la ex consejera presidencial para las regiones, Sandra Ortiz, con señalamientos de complots e intrigas en las altas esferas gubernamentales.

Las elecciones en el Congreso de este semestre trajeron un empate con sabor agridulce para el Ejecutivo: la del procurador Gregorio Eljach, ternado por Petro, ex secretario del Senado durante varios años, y quien competía con Germán Varón y Luis Felipe Henao, cercanos a la oposición de Cambio Radical. También en la Corte Constitucional ‘puso’ al magistrado Miguel Polo, considerado más moderado que Claudia Dangond y Jairo Tobar, todos ternados por las cortes. Y como defensora del pueblo fue elegida Iris Marín, ternada por el Ejecutivo.

Y el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, quien llegó planteando un nuevo acuerdo nacional suscrito en un documento formal y reuniéndose con todas las bancadas pero terminó peleando con las plenarias del Senado por la reforma política y de la Cámara por la reforma a la salud, se anotó un triunfo con la reforma al SGP, de la que convenció a Petro y con la que puso de acuerdo a las mayorías en ambas cámaras.