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El presidente Gustavo Petro firmó el pasado martes el decreto del aumento del salario mínimo para el año 2025, en el que se establece que presentará un incremento del 9,54% anual, quedando en $1.423.500 y con auxilio de transporte en $1.623.500.

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Las reacciones, tanto negativas y de preocupación como positivas, no se hicieron esperar.

Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, observó que “con una inflación esperada del 5,15% este año, el aumento del salario mínimo para 2025 es uno de los más altos del siglo en términos reales (descontando la inflación). Este incremento es similar al de 2022, que generó efectos negativos en el mercado laboral y los precios, al aumentar la inflación durante ese año y el siguiente. Si bien este dato luce como una buena noticia para los trabajadores formales que ganan un salario mínimo, en la práctica tendrá dos efectos primordiales: uno, al encarecer sustancialmente el costo del empleo formal, inducirá aún más la contratación informal, especialmente en las microempresas; y dos, presionará al alza la inflación, retrasando la reducción de tasas de interés por parte del Banco de la República”.

Por su parte, el representante Heráclito Landínez, del Pacto Histórico, aseveró que “el aumento del salario mínimo en 9,54% es una buena noticia; se recuperará el poder adquisitivo de los asalariados, pues la inflación será cercana al 5% anual. En el gobierno del presidente Petro los trabajadores colombianos han recuperado en términos reales sus ingresos, su poder adquisitivo”.

De otro lado, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, cuestionó la medida: “Es una decisión populista y alejada de la realidad económica del país. (...) Con esta decisión no sólo pone en riesgo la viabilidad de cientos de micro, medianas y pequeñas empresas, sino que afecta la generación de nuevos empleos, arriesga los puestos de trabajo que ya existen y fomenta la informalidad”.

Entre tanto, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, sostuvo que “gracias al incremento del salario mínimo que acaba de decretar el Gobierno Nacional, los jóvenes que presten servicio militar recibirán a partir de enero del 2025 una bonificación mensual de $996.500, lo que contribuirá a mejorar las condiciones de vida de miles de familias”.

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De otra parte, María Claudia Lacouture, presidenta de AmCham Colombia, explicó que “el aumento del salario mínimo en 9,54% para 2025, que supera en más de 4 puntos la inflación esperada, plantea retos para el crecimiento económico y la reducción de la inflación proyectada. Este incremento afecta especialmente a las mipymes al elevar los costos laborales por encima de la productividad. Es esencial que esta medida se complemente con políticas públicas responsables y coherentes que promuevan el empleo formal y aseguren la sostenibilidad empresarial”.

La representante petrista María Fernanda Carrascal saludó “esta decisión del presidente Petro porque reconoce el valor del esfuerzo diario de millones de personas que sostienen la economía con su trabajo. Este ajuste no solo significa un alivio en el costo de vida, sino también un mensaje claro de que la dignidad laboral merece ser protegida y fortalecida. Es un motivo de celebración y esperanza para seguir construyendo un país más equitativo”.

Y el vicepresidente de Colombia Compite y catedrático de la Universidad de los Andes, Daniel Gómez Gaviria, alertó al respecto: “Decretan un aumento de 9,54% del salario mínimo. Otra medida que beneficia a una pequeña minoría de trabajadores. Para la mayoría, y en particular los más vulnerables, resultará en más exclusión y menos posibilidades de participar en el mercado laboral formal”.