Diversas reacciones produjo la llegada al país del ex capo del Cartel de Medellín, Fabio Ochoa Vásquez, tras pagar una condena de más de 20 años por narcotráfico en los Estados Unidos.
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La ministra de Justicia, Angela María Buitrago, dijo en los medios públicos RTVC: “No he visto ni se ha propuesto nada de ser gestor de paz. El presidente Gustavo Petro decidirá en algún momento”.
Y frente a posible información sobre el extinto Cartel de Medellín que el más joven del clan de los Ochoa pudiera tener, señaló la jefa de la cartera del derecho: “Yo creo que el conocía muy bien el funcionamiento y tuvo que haber dado información en Estados Unidos”.
Por su parte, el exsenador Juan Manuel Galán, escribió en sus redes sociales un extenso mensaje: “¿Quién es Fabio Ochoa? Los hermanos Ochoa Vásquez, Fabio, Jorge Luis y Juan David son delincuentes del Cartel de Medellín, una de las organizaciones criminales más infames de Colombia. Su involucramiento en el narcotráfico y otros crímenes escribió una de las más dolorosas páginas en la historia del país. Fabio, el menor de los hermanos, se unió al mundo del narcotráfico en la década de 1970 junto a sus hermanos. Su papel en el cartel fue estratégico y financiero, desarrolló rutas efectivas para el tráfico de cocaína y mecanismos para el lavado de dinero. Fue capturado por primera vez en 1991 y se entregó a las autoridades colombianas bajo un decreto que garantizaba la no extradición”.
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Agregó el hijo del inmolado Luis Carlos Galán, víctima del narcotráfico, que Ochoa “continuó en el narcotráfico y fue capturado nuevamente en 1999 durante la Operación Milenio. En 2001, fue extraditado a Estados Unidos, donde fue condenado a 30 años de prisión por conspiración para exportar cocaína. Jorge Luis y Juan David también jugaron roles cruciales en el Cartel de Medellín. Junto con Fabio, se convirtieron en socios de Pablo Escobar y ayudaron a consolidar el cartel como una de las organizaciones más violentas. Los hermanos estuvieron involucrados en numerosos crímenes, incluyendo el tráfico de drogas a gran escala, secuestros y asesinatos”.
Y concluyó Galán que el Cartel de Medellín, bajo la dirección de figuras como los hermanos Ochoa y Pablo Escobar, sembró el terror en Colombia durante las décadas de 1980 y 1990. Sus actividades criminales resultaron en miles de muertes y una era de violencia que dejó cicatrices profundas en Colombia.
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“La mayoría de sus crímenes siguen impunes. Junto a miles de víctimas, esperamos conocer toda la verdad sobre su propia responsabilidad y la de sus aliados en asesinatos, secuestros y atentados terroristas indiscriminados”, sentenció.
