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El proyecto de exploración de gas y petróleo en el Caribe colombiano, el pozo Komodo-1, liderado por la empresa Anadarko Colombia, enfrenta una suspensión en el proceso de evaluación ambiental, producto de una intervención del Ministerio de Ambiente, que pidió hacer una revisión más profunda para detallar aspectos sobre daños ambientales.

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Rodrigo Negrete, director de la Agencia Nacional de Licencias Ambientales, explicó cómo va el proceso, asegurando que “la evaluación está suspendida, pero no agotada. Sobre la decisión se podría esperar que se otorgada la licencia, negada o archivada.

“Estamos dentro del término legal. La suspensión llega porque el Ministerio considera que hay unos elementos muy específicos y estima necesario hacer una mirada mucho más integral de lo que se suele hacer en proyectos de esta índole en Colombia”, explicó Negrete en Blu Radio este jueves 31 de octubre.

Negrete también explicó que se trata de un proyecto complejo, que la posición geográfica complica la evaluación ambiental. Este proyecto, ubicado aproximadamente a 140 kilómetros de la costa frente a Santa Marta, es el más profundo del país en lo que refiere a la perforación submarina.

Detalla el dirigente que este incluye temas biodiversos muy complejos y que es por eso que desde el Ministerio de pidió una evaluación más exhaustiva porque no existen estudios suficientes en esa ubicación.

No hay un conocimiento científico detallado de la biodiversidad en esa zona; incluso pueden existir especies desconocidas para la ciencia, y ya se han identificado más de cuarenta especies nuevas en esa área específica”, aseveró Negrete.

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Es por eso que la suspensión de la evaluación ambiental se debe exclusivamente a una precaución, pues el Minambiente sugiere que existen riesgos que podrían extenderse más allá de fronteras nacionales. La evaluación incluye a entes como el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar) y la Dirección General Marítima (Dimar), entre otros.

“El Ministerio de Ambiente está haciendo una revisión integral y consultas científicas para evaluar si las medidas propuestas en el estudio de impacto ambiental son adecuadas. Este tipo de decisiones involucran varios actores y muchas veces exigen tomar precauciones en favor de la biodiversidad y de los compromisos ambientales de Colombia”, dijo Negrete.

El director de la ANLA también habló en el medio nacional sobre lo que demoraría la evaluación de la licencia ambiental, asegurando que Colombia es uno de los países que más rápido resuelve este tipo de casos.

“En otros países como Canadá y Estados Unidos, los procesos de licenciamiento ambiental para proyectos similares pueden demorar entre dos y cuatro años. En Colombia, nuestros términos legales establecen 90 días hábiles para una evaluación, y nos esforzamos en cumplirlos estrictamente”, dijo.

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Agregó: “Lo que estamos haciendo con Komodo 1 es analizar todos los posibles escenarios para garantizar que las decisiones sean transparentes y sustentadas en la mayor cantidad de información científica posible. Colombia tiene una gran responsabilidad en el ámbito ambiental y debemos ser cuidadosos con este tipo de proyectos que, aunque tienen un potencial económico, también presentan retos ambientales sin precedentes”.