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La ruta del huracán Dorian es monitoreada de cerca por servicios meteorológicos de Estados Unidos que intentan predecir dónde y con qué fuerza golpeará, gracias a herramientas cada vez más poderosas.

 Aviones y satélites

La prioridad es recopilar tanta información como sea posible sobre el huracán en sí, algo que se realiza principalmente mediante el envío de aviones al interior de la tormenta, en difíciles misiones llevadas adelante por pilotos especializados.

El viernes, por ejemplo, siete aviones de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y la Fuerza Aérea estadounidenses, conocidos como 'cazadores de huracanes', volaron hacia Dorian y sus alrededores. 

Estos aparatos registran la temperatura, la humedad, la presión atmosférica y la velocidad del viento, y también dejan caer sondas que toman medidas hasta la superficie del océano. Boyas y globos meteorológicos también se pueden dispersar antes y durante el huracán.

Esos datos del 'terreno' se complementan con información que viene de aún más arriba, recopilada a través de satélites y la NASA.

La agencia espacial estadounidense tiene varios satélites orientados hacia la Tierra. Uno de ellos, Suomi NPP, tiene sus instrumentos enfocados en Dorian y brinda información sobre su estructura y fuerza, la temperatura en la parte superior de las nubes y el volumen de lluvia.

 Modelos y pronósticos

Esta masa de datos se pone a disposición de todos los servicios meteorológicos mundiales, alimentando cientos de modelos de pronóstico.

El modelo europeo, desarrollado por el Centro Europeo para Pronósticos Meteorológicos de Medio Alcance, es reconocido como el más preciso.

En Miami, un equipo de 10 científicos del Centro Nacional de Huracanes (NHC) produce un pronóstico detallado de la trayectoria e intensidad de las tormentas que nacen en el Atlántico.

En todo momento al menos dos de estos científicos están de servicio, en turnos de ocho horas. Producen sus propias predicciones basadas en lo que indican los diversos modelos que utilizan.

'Se necesita saber qué está sucediendo en todo el mundo para hacer un pronóstico', porque lo que sucede en el Atlántico depende del clima en otros lugares, dice Sim Aberson, meteorólogo del Laboratorio Oceanográfico y Meteorológico Atlántico de la NOAA.

 ¿Cuán preciso?

Sobre la trayectoria de una tormenta, que es la prioridad número uno, los pronósticos han mejorado significativamente desde la década de 1970.

La precisión de un pronóstico para dentro de tres días es hoy casi la misma que la que había hace 10 años para dentro de un día y medio, señala Aberson.

En contraste, los modelos han progresado menos en lo que respecta a la intensidad de los huracanes, que se clasifica en una escala de cinco niveles.

En promedio, el error en un pronóstico para dentro de tres días fue de una categoría -o 25 kilómetros por hora de velocidad del viento-, de diferencia, según Aberson.

Es por esta razón que el NHC publica probabilidades -por ejemplo, un 55% de riesgo de que West Palm Beach sea golpeado por vientos que excedan los 118 kilómetros por hora- y un cono de incertidumbre que ilustra el posible curso de la tormenta.

Las animaciones que se ven en los canales de televisión provienen directamente de las previsiones del equipo de 10 expertos en Miami.