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EXPECTATIVAS

La esperanza
del Año Nuevo

En el ciclo interminable de una generación tras otra, siempre la esperanza que rodea la ansiedad de un nuevo año estará prevaleciendo sobre los recuerdos vanos del año que termina, por eso es normal decir “solo espero que llegue el año nuevo para avanzar con paso firme”, pero sabemos que son sólo expresiones de deseo porque lo único que avanza inexorablemente es el tiempo, que a su propio paso nos trae, sin cesar, un nuevo calendario.

Son muchas las personas que le achacan la culpa al año viejo cuando las cosas no se dan como se deseaban o cuando ha sido la calamidad la que ha llegado, y siembran entonces, nuevamente, la esperanza en el año nuevo, creyendo una vez más que por efecto de algún hechizo todo cambiará automáticamente luego de las doce campanadas.

Las expectativas se renuevan con el nuevo año que llega, al tiempo en que crece la nostalgia por el año que se va y se le despide con tristeza y desconsuelo porque se le acabaron los días y no pudo conquistar los sueños de una vida mejor. Pero lo importante es mantener viva la esperanza de una nueva ilusión que permite desear en un instante todo lo que se ha ansiado durante el año, incluso toda una vida, porque empezar un nuevo año es replantearse una vida nueva, y como dice la canción “más alegre los días serán, con salud y prosperidad”. Con los primeros días del nuevo año vuelve la tranquilidad, para cosechar mejor el tiempo, para recuperar el equilibrio que se perdió durante el mes anterior, sin embargo, son muchos los que aprovechan estos días para tomar un nuevo impulso, porque se avecinan las fiestas que más se viven y se gozan en la mayor parte de la región caribe, colmadas de tradición y de amplio arraigo popular. Aun así, esos momentos de efímero optimismo, de alegría, sirven para que las cosas buenas que se anhelan llenen el espíritu y logren vaciarlo de las malas que lo agobian.

Roque Filomena