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En vista que ha quedado demostrado en forma fehaciente que la corrupción en Colombia es una empresa criminal y en ella se encuentran comprometidos muchos de los actuales políticos nacionales, la única defensa democrática del ciudadano corriente es votar en las próximas elecciones en blanco. El sufragio del constituyente primario se constituiría en la mejor decisión democrática y sería la mejor gestión revolucionaria por parte de la ciudadanía, tal y como lo ha aseverado el expresidente de la Corte Constitucional Jaime Araújo Rentería, una de las caras más visibles en pro del voto en blanco. El voto en blanco es la oportunidad que todos esperábamos para transformar en solo dos días la historia del país. La inmoralidad y las desigualdades sociales y económicas son los más graves y grandes problemas de Colombia. Como son tantos los casos de inmoralidad les invito a que analicemos los datos suministrados sobre la Refinería de Cartagena, Reficar: el costo inicial del proyecto fue de US$3.993 millones, pero saltó
a US$8.016 millones, lo que muestra un sobrecosto de US$4.023 millones.

Durante más de 60 años hemos dirimido las diferencias a través de la violencia y ahora, por primera vez, los colombianos tienen en sus manos un instrumento pacífico para cambiar nuestras costumbres políticas; el voto en blanco es la herramienta real para que las personas que están indignadas con la corrupción, la politiquería, los falsos positivos, las chuzadas, el desempleo o la falta de oportunidades puedan construir una sociedad en paz, con mayor justicia social y disminución real de las desigualdades económicas y sociales. Por eso, el voto en blanco es una revolución pacífica, un mecanismo para canalizar tanto inconformismo que hay en el país por la creciente inmoralidad y las desigualdades sociales y económicas; es un medio para renovar la clase política trolera que afecta a la población colombiana. Para acabar con la corrupción como empresa criminal el único medio está a la vista por la aplicación de la vigente Constitución Política de Colombia, o sea la norma de la Carta Magna establecida en el parágra
fo 1o. del Artículo 258, sobre el voto como un derecho y deber ciudadano.

Jorge Giraldo Acevedo

jgiraldoacevedo@yahoo.es