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Después de tantos años, en el intento de solicitar la prohibición de la actividad taurina, los animalistas y antitaurinos, están a punto de materializar esta aspiración, tal como se desprende de la aprobación que se ha dado en la Cámara de Representantes con 93 votos a favor y 2 en contra, iniciativa que tendrá un periodo de transición de 3 años por lo que dicha prohibición entraría en vigencia a partir del 2027.

Esta transición se plasmó en esa iniciativa con el propósito de realizar la reconvención económica y laboral de las personas que viven de esta actividad y que las plazas de toros se destinarían para espectáculos musicales, centros comerciales, culturales y para el deporte.

Los que están a favor de esta prohibición, llámese antitaurinos, argumentan que la lidia taurina es bárbara, cruel y salvaje, que las herramientas que se utilizan como la pulla y la espada destrozan los músculos del toro.

Por otro lado, los amantes de la fiesta brava argumentan que esta es una fiesta atávica, de profundo arraigo en el medio en que se escenifica, tiene interés cultural, involucra a mucha gente y genera provecho desde el punto de vista económico. Los abanderados de este argumento anuncian que van a demandar esa ley porque el texto quedó mal redactado y que no se tuvieron en cuenta los derechos laborales de quienes viven de la tauromaquia, demanda que se promoverá ante la Corte Constitucional.

Por lo que la decisión final sobre esta medida quedará en manos de este alto Tribunal.

Valmiro De la Hoz