La libertad de un pueblo es la servidumbre placentera. El yugo echa raíces en la mente del esclavo; el esclavo no duda entrever anarquismo más allá de la esclavitud, nunca se pregunta:
¿Realmente necesito que alguien me gobierne? ¿Acaso un esclavo es libre por elegir su tirano?
Preferiblemente, el de yugo más blando. Maquinalmente la oveja advierte anarquismo en la libertad de brincar de aquí por allá sin inhibiciones, ¡se avergüenza de su fuerza! Advierte insensatez en el cabrito salta montañas, y prefiere la pasividad que inexorablemente la conduce al matadero. La oveja... Sin pastor que nos guíe, el rebaño será un caos; brincando de aquí allá.
Es necesario el pastor. Democracia: ¡El rey no es soberano! ¡Cada esclavo es libre de elegir su amo!
Osneider Acuña