Ir a cine se ha convertido en una verdadera tortura para aquellas personas de más de sesenta, ya que subir las escaleras en la sala de cine, las cuales son tan empinadas, se convierte en un verdadero peligro.
Es urgente y necesario que coloquen los pasamanos, para seguridad de los cineastas y para las mismas empresas de cines que pueden recibir alguna demanda por la inseguridad.
Yo particularmente hace tres meses saliendo me tropecé con una caja de crispetas que dejaron en el corredor y caí de tal forma al no tener como sostenerme contra el brazo de la silla lateral. El golpe fue tal que me fracturé una costilla.
Este sábado pasado, fuimos nuevamente y he quedado tan afectada, que cuando iba subiendo de la mano de mi esposo entre en pánico, no pude subir y atrevidamente me senté en una fila de abajo, por fortuna nadie la ocupo.
A la salida, dos señores estaban hablando del tema y me les uní, en nombre de aquellos que somos cinéfilos les solicito tomar medidas al respecto, porque les confieso que he decidido no asistir a cine por miedo a caerme y no tener manera de asegurarme.
MAGDA CORREA DE ANDREIS