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Tal como estaba previsto con la aprobación de la Ley 2375 del 29 de mayo del 2024, se estableció que a partir del año 2027 la tauromaquia desaparecerá por completo de las plazas taurinas del país, con lo que la Corte Constitucional le ha asestado una fulminante estocada a la fiesta brava que aún y con poca frecuencia se celebra todavía en algunas capitales importantes de Colombia.

Lo anterior ha causado sorpresa, porque por estos días ese alto Tribunal Judicial, ha revisado esa normatividad y ha decidido tambien extender esa prohibición a las corralejas, al coleo y a las peleas de gallo, actividades éstas cuyo veto entrará en vigencia un año después de la fecha en que se ha fijado la aplicación de la prohibición para las corridas de toro.

La Corte para tomar esta determinación se basó en el argumento de que con estas prácticas se somete a sufrimiento y crueldad a seres sintientes como son los animales y que por lo tanto lastima el sentimiento humano.

Desde luego que estas prohibiciones han desencadenado la reacción de quienes estan a favor y en contra de estas celebraciones, los primeros dicen que estas prácticas hacen parte de las expresiones artísticas y culturales de los pueblos, produce un impacto en la economía popular que gira alrededor de estas actividades, generando empleos directos e indirectos, se fomenta el turismo, y los opuestos a estas celebraciones dicen que son bárbaras, crueles, despiadadas y grotescas; que produce el frenesí de algunos y la conmiseración de otros.

Así las cosas, se esté de acuerdo o en desacuerdo con estas prohibiciones, hay que reconocer que después de una compleja lucha por mucho tiempo que ha realizado la Sociedad Protectora de Animales, han conseguido un éxito y un logro en la consecución de esta causa.

VALMIRO DE LA HOZ CANTILLO