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Mi lectura sobre el Acuerdo final para la terminación del conflicto y las construcción de una paz estable y duradera: Se entiende que los términos ‘Acuerdo final’ se refieren a que no habrá otra oportunidad de continuar con lo pactado que se inicio con el “encuentro exploratorio” ocurrido en La Habana, Cuba entre el 23 de febrero y el 26 de agosto de 2012 antes testigos nacionales e internacionales (Cuba y Noruega) y entre países acompañantes (Chile y Venezuela).

La idea de que la paz es una “construcción” nos remite a entender que la paz no es nada dado gratuitamente y que hay que construirla por las personas de un país o una región para cumplir con la necesidad de una vida digna, edificante, serena, trascendente y justa.

La paz es un proceso dialéctico que tienen sus tesis y antítesis, situaciones contrarias, contradictorias y de consenso; fundamentada en ideología, paradigmas, epistemes, en los derechos de la persona humana y la aplicación adecuada de la justicia.

El Acuerdo final pactado señala la intención de quienes lo acuerdan, de que la paz sea estable y duradera, es decir, que se mantenga invariable en el tiempo y que nada la pueda alterar. El acuerdo final debe ser aprobado en un plebiscito el 2 de octubre.

El voto es el acto democrático mediante el cual todo ciudadano participa de manera activa en la elección de las personas o en adopción de una decisión política.

Un referendo es una convocatoria que se le hace al pueblo para que refrenda o apruebe un proyecto de norma jurídica o apruebe o derogue una norma ya existente.

Un plebiscito es un mecanismo de participación ciudadana que nos brinda nuestra constitución Nacional para que los ciudadanos participen de las decisiones políticas del país.

De igual forma, es un procedimiento jurídico por el cual se somete a la población colombiana a votar libre y popularmente una ley o un asunto de mucha importancia para el estado. El plebiscito le contará al país, según la Registraduría Nacional 350 mil millones de pesos cuyo equivalente en dólares es de 117 millones.

Alfredo E. Palacio Suárez