Al comienzo de la segunda semana de la Pascua cristiana, en el Concejo de Cartagena reinan la división y las malquerencias. Y no por razones políticas, sino religiosas.
Están tan caldeados los ánimos que ya el concejal Willy López, como se le conoce, les dijo a algunos de sus colegas que si lo consideran un hereje que lo lleven amarrado al Palacio de la Inquisición, frente al Parque Bolívar y, como en los años 1600, lo quemen vivo.
Que los deroguen
La ‘discordia santa’ surgió por la pretensión de ocho concejales de derogar dos artículos del Acuerdo 05 del 2007, que incorporó al manual de conductas y convivencia ciudadana del Distrito , el tener que orar en el templo de la democracia criolla, como se considera al Concejo, antes de iniciar los debates y estudios de iniciativas.
Los concejales cumplen el rito todos los días, desde hace ocho años. Se ponen de pie, n en actitud de reflexión e invocan a Dios, al comienzo de las sesiones.
El secretario lee un salmo de la Biblia o implora al Señor que los ilumine y que reine la paz en la corporación, aunque muchas veces, después de orar, se ha dado el caso de que las reuniones terminan en peloteras políticas.
Pide que se archive
Al proyecto para derogar ‘el rezo’ en el Concejo se opone abiertamente la concejala Duvinia Torres, quien es una cristiana confesa. Ella dice que ya pidió desde su curul a la ciudad para que entren en oraciones con el fin de que el proyecto se archive.
Inclusive, asegura que acudirá al Arzobispo de Cartagena y a los pastores de las iglesias adventistas para se pronuncien.
'La oración no le hace daño a nadie, al contrario fortalece los valores y nos transforma, especialmente ahora que se ve tanta violencia', dice.
Pero su colega López es de otro parecer. Él se confiesa 'pecador', pero advierte que se arrepiente y trata de hacer el bien a los demás. Agrega que no es como otros que predican una cosa pero hacen otra distinta.
Dice que la oración no debe estar en el orden del día de las sesiones y que cada quien, de acuerdo a su religión o creencias, debe orar o no.
Sostuvo que algunos de sus colegas son masones y otros tal vez ateos y que las creencias de cada quien deben respetarse. 'El que quiera orar que ore en su casa o donde quiera, pero no se puede obligar al que no lo quiere hacer, que lo haga', agrega.
Por su parte, David Múnera, un líder sindical que ahora es concejal por el Polo Democrático, sostuvo que el asunto era sencillo porque el artículo, a su parecer, viola la Constitución, puesto que Colombia es un país laico con independencia o libertad de cultos. Y, por tanto, asegura, no se puede obligar a nadie a orar, a menos que lo quiera hacer, como se hace en el Concejo.
El proyecto se presentó, está en la comisión tercera y los ponentes son un concejal de las nuevas generaciones, que coincidencialmente lleva por nombre el de Pastor Jaramillo, y el líder de la izquierda, David Múnera.
Duvinia Torres, defensora de las oraciones, cree contar con apoyo de una buena parte de sus colegas para que la iniciativa se archive. Sin embargo, será en la plenaria cuando se debata, entre los 19 concejales, la suerte de la iniciativa. Aún no todo está consumado.





















