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Ayer, desde que comenzó el día, los niños de Villa Olímpica (una urbanización en la entrada de Galapa) se levantaron con una sola cosa en la cabeza: 'hoy es la Gran Parada Infantil e Incluyente'.

Desde las 10:35 de la mañana comenzaron a llegar los primeros grupos folclóricos a la entrada de la ‘ciudad parque’ -punto de encuentro para arrancar el recorrido de una hora aproximadamente- con el encantador sonido del millo de fondo que retumbaba y alegraba a todos, pese al inclemente sol y la poca brisa que se sentía en el lugar.

En el desfile, donde los protagonistas son los niños y jóvenes, se respiraba un ambiente de alegría desde los que se encontraban esperando el llamado para salir a bailar y dejarlo todo en la calle -que para ellos se convierte en una pista luminosa- hasta los que corrían de un lado para otro ultimando detalles.

Ricardo Espinosa, es uno de los niños que esperaba ansioso la indicación, y quien desde el domingo solo tenía en su cabeza que volvería a recorrer las calles de la urbanización bailando, escuchando los aplausos y viendo las sonrisas de un público alentador sentado en bancos y sillas bajo la sombra de los pocos árboles de almendro que se ven en el bulevar.

'Ayer (domingo) quería que el día se pasara rápido, hoy (lunes) cuando me levanté, lo primero que hice fue buscar mi disfraz y medio desayunar porque me quería venir corriendo', dijo el pequeño de 9 años de edad, mientras se organizaba en la fila del grupo folclórico ‘Fantasía de Villa Olímpica’.

Una vez comenzado el desfile, a las 11:44 de la mañana, Ricky – como le dicen cariñosamente sus padres- y sus compañeros de baile prendieron la fiesta con sus pases de champeta y merengue, este último el que más le atrae al menor, quien brillaba –literalmente– por el reflejo de la luz del sol en las lentejuelas azules que decoraban su pantalón, camisa y sombrero.