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Los corazones de los nativos de Tierrabomba laten con la esperanza de que los cinco pescadores que desaparecieron desde el 15 de febrero permanezcan con vida donde quiera que estén. Todos los días se levantan mirando el mar, tratando de encontrarle explicación a un misterio que se ha sembrado en la isla desde hace 18 días.

Pese a la incertidumbre que ha generado la situación, las mujeres de cada uno de ellos coinciden en asegurar que sus allegados están vivos, pues la muerte anuncia cuando llega y suele sentirse principalmente, según ellas, en los pálpitos.

Ante un panorama como este, los nativos tratan de buscar refugio y distracción en otras actividades. No pueden evitar pensar en la suerte que han podido correr Reynaldo Reales, Carmelo Salcedo y su hijo Argel, Emilio Herrera y René Fernández, todos ellos pescadores expertos y conocedores del mar.

El pasado jueves, si acaso se puede hablar de relax, llegó a la isla por cuenta de Cine Colombia, en el marco del Festival de Cine de Cartagena, con una jornada especialmente para los niños. La isla sonrió pues algunos padres veían a sus hijos correr de un lado para otro felices; sin embargo, el desasosiego despertó con ellos muy temprano al día siguiente.

'Ellos son gente buena y nos mantenemos a la expectativa de que lo pueda suceder', asegura John Jairo Rodríguez, líder de la Asociación de Pescadores de Tierrambomba. Señala que todos los días salen a sus faenas y como lobos del mar mantienen los ojos bien abiertos, esperando ver la embarcación en la que salieron o alguna de las pertenencias de los pescadores pues hasta el momento no hay un solo rastro de ellos.

Para John Jairo son muchas las hipótesis que hasta el momento se construyen entre estos hombres que viven de la escama y la sal pero ninguno se atreve a dar una tesis concreta sobre lo que ha podido suceder.

Piensa que el mar ante todo merece respeto e infortunadamente los pescadores salieron en unos días donde había fuertes brisas y el oleaje era intenso. Agradecidos se encuentran con el apoyo que han recibido de la Armada Nacional y el Cuerpo de Guardacostas.

'Ellos se fueron a la deriva, arrastrados por los fuertes vientos. ‘Ronzaron’ a mar abierto', asegura John, conocedor del mar. 'La brisa se los llevó', agrega. Otra de las hipótesis que ha tomado fuerza en la isla es que una banda dedicada a la piratería hizo presencia. 'No hemos descartado nada, seguimos trabajando', insiste.

Aseguran los pescadores que con orgullo continúan adelante en esta labor de regresar a sus ‘panas’ a sus casas, y para ello trabajan junto a la Armada en este propósito. Precisamente, un nuevo sofoco volvieron a vivir el mismo jueves luego de que un grupo de cuatro pescadores, tras una avería en el motor, dieron aviso oportuno al grupo de pescadores en la isla y fueron recogidos de manera oportuna, gracias a una llamada a celular.