Por segundo día consecutivo, los cerca de 104 colegios públicos de Cartagena amanecieron sin clases tras la finalización del contrato de vigilancia de las instituciones educativas. De esta manera, se están viendo afectado el calendario académico de un total de 125 mil estudiantes que recién comenzaron su jornada lectiva.
Las clases se volvieron a suspender ante la falta de los guardas de seguridad y varios de ellos decidieron encadenarse a las puertas de los colegios, impidiendo así el ingreso del cuerpo docente, estudiantes y empleados.
Para los vigilantes es preocupante lo que está sucediendo pues aseguran que el contrato de trabajo que la empresa Oncor sostiene con el distrito concluyó el pasado 30 de enero y solo en abril volverían a llamar tras una nueva licitación. El contrato suscrito por esta entidad y el distrito asciende a 22 mil millones de pesos, siendo uno de los más costosos del país.
En total son cerca de 1200 familias que se afectan y los colegios quedarían expuestos a la inseguridad que sacude por estos días a la ciudad de Cartagena.
'Oncor no tiene nada que ver con nosotros, el problema nuestro ahora es con el Distrito que nos debe garantizar nuestra estabilidad laboral, porque ellos decidieron no contratar', sostiene Hernán González, vicepresidente del sindicato de vigilantes.
El pasado miércoles los vigilantes se concentraron en las instituciones Antonia Santos y el Departamental. Marchas y protestas hicieron parte de esta primera jornada exigiendo una respuesta por parte de la administración distrital.
A la protesta de los vigilantes se sumó el inconformismo de los padres de familia que exigían cuanto antes una respuesta por parte de la administración distrital ante un problema que crece como una bola de nieve pues, según uno de los padres, la vigilancia termina por afectar el ambiente en las instituciones educativas del distrito.