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Con meses de anticipación, Luigi Patrone, propietario del restaurante La Enoteca cerca a la calle San Juan de Dios, empezó los preparativos para recibir al papa Francisco en Cartagena.

Este italiano de creencias católicas dedicó toda su creatividad y talento a buscar cómo sorprender al pontífice, y qué mejor manera de hacerlo que desde su especialidad: la cocina.

Por ello, trabajó en la elaboración de una torta Vainilla Bourbon con el rostro del santo padre que, a manos de la reconocida repostera cartagenera Elsy Figueroa, significó su ofrenda al Obispo de Roma.

A unos pasos la Plaza de San Pedro Claver, justo antes de la oración del Ángelus que el papa Francisco dirigió a una multitudinaria feligresía cartagenera, Patrone quien había hablado anticipadamente con los policías que custodiaban el camino del jerarca de la Iglesia, logró entregarle al Papa el producto de su trabajo y recibir su bendición.

Francisco recibió también una carta de manos del hijo de Patrone, en la que le expresaban al Papa que un grupo de jóvenes conocidos como ‘Los niños de la Enoteca’, cuyos padres trabajan en el negocio, buscan con sus acciones de caridad ayudar a los más necesitados.

En la carta que le obsequiaron al Papa le dicen que la torta es 'dulce como su dulzura', y que su presencia quedará marcada en el alma de la familia para siempre.

El Papa recibió el obsequio con gratitud y lo llevó hacia la plaza de San Pedro donde continúo con el itinerario establecido en su agenda por su visita pastoral a Colombia, que culminó después de la misa oficiada en Contecar para su posterior regreso a Roma.