Luego del torrente de críticas en redes sociales y sobretodo de la indignación y la protesta de los habitantes del barrio Ceballos tras la instalación de unas vallas que quitaban por completo la visibilidad de esta comunidad durante el recorrido del paso del Papa Francisco por este sector, la Alcaldía de Cartagena decidió ‘echar atrás’ para la medida y ‘sacarlos del encierro’.
En redes sociales, el alcalde (e) Sergio Londoño, explicó que la medida no le fue consultada y que fue la Corporación de Turismo en cabeza de Zully Salazar, la encargada de instalar la polémicas vallas que se convirtieron en noticias de todos los medios de comunicación del país y que fue tildada en redes como una acción excluyente y que buscaba ocultar la pobreza de la ciudad.
El viernes en horas de la tarde, el mismo Alcalde se dirigió al Ceballos y después de un encuentro con los líderes de la comunidad que mostraron su descontento, las vallas fueron removidas en su totalidad.
En un recorrido por este barrio, ubicado en inmediaciones de la zona Industrial, cerca a Contecar, el puerto del Papa dará la misa campal, El Heraldo comprobó que las estructuras metálicas fueron desinstaladas y que en su lugar fueron situadas vallas convencionales que permitirán que los habitantes de la comunidad puede saludar al Santo Padre en su paso.
'Eso fue un despropósito, era como si les diera pena mostrar a la gente, la pobreza y todo lo que hay en la ciudad más allá del Centro Histórico', dijo Martín Adolfo Oquendo, un habitante del sector que celebró la medida de retirar el encerramiento.
'Por dignidad eso no lo podíamos permitir', aseguró.
A pocas horas de que el Sumo Pontífice llegue a Cartagena, los niños ya practican cómo van a saludar al jerarca de la Iglesia Católica, y los adultos dicen que están preparados para recibir su bendición.
'Ojalá pare en ratico frente al barrio y podamos decirle que ore por todos nosotros', señaló Yarelis Castellano, una joven del sector.