Petrificada. Así quedó Catalina Serna Clemente, de 56 años, al enterarse de que su hijo Roberto Carlos Pérez Serna, una de las ‘estatuas humanas’ que era señalado por hurtarle las pertenencias a una turista en el Centro Histórico de Cartagena, aprovechando que esta se tomara una fotografía con él y su compañero, el pasado lunes 21 de agosto. El hecho que quedó registrado en un video de una cámara de seguridad.
Serna Clemente, en diálogo con EL HERALDO, dijo que sintió dolor y vergüenza, por lo que decidió entregarlo ante las autoridades porque 'prefiero entregarlo yo misma a la Policía, antes de que me lo maltraten por ahí'.
Seguidamente, habló con su hijo y, luego de reprenderlo, lo pudo convencer de que mostrara la cara y enfrentara las consecuencias de sus actos.
Además, el hecho le resultó algo completamente nuevo, pues, según afirmó, 'siempre he hablado con mi hijo, y le he puesto el ejemplo de su papá y el mío'.
'Mami, yo me entrego a enfrentar las consecuencias por el error que cometí', esa fue la respuesta que Roberto Carlos le dijo a su mamá luego de que esta lo encarara y le pidiera que fuera a entregarse a la Policía.
Perdón público
A las 6:00 de la mañana del viernes inició la odisea para poder llevar a Roberto Carlos ante la Policía. Fue así como Catalina llamó a una emisora local para decir que su hijo se quería entregar, pero justo cuando estaba por dar su testimonio se le acabó el saldo de su teléfono celular.
En medio de su desesperación acudió a un agente del DATT (tránsito) y le explicó la situación. La respuesta del uniformado fue que se entregara a las 2:00 p.m., quizá porque a esa hora terminaba su turno. Ella no se dio por vencido y llegó con Roberto Carlos –ya sobre las 7 a.m.–a la sede de la emisora, donde pidió públicamente perdón por lo que había sucedido.
Una vez ahí, Roberto Carlos expresó que estaba arrepentido de haber cometido el error que cometió, y que por eso decidió salir a la luz, enfrentar la situación y asumir las consecuencias de sus actos.
Delante de la prensa local y en compañía de su madre, la ‘estatua humana’ dijo que 'yo sí tengo pensado entregarme a las autoridades y arreglar ese problema, porque sinceramente yo no soy de eso. Yo no soy delincuente y quisiera ir a enfrentar mi problema para saber qué es lo que va a suceder'.
El hombre de 28 años confesó que hizo lo que hizo impulsado por la difícil situación de su sobrino, argumentando que él no tenía qué comer.
'Usted sabe que un padre hace lo que sea para darle de comer a su hijo, y aunque yo no soy padre, saber que mi sobrino no tenía qué comer', afirmó.
En la Fiscalía
Luego de su confesión ante la ciudadanía, Pérez Serna fue el viernes mismo hasta la sede de la Fiscalía para entregar su declaración voluntaria y regresó el sábado en la mañana. Roberto Carlos fue enviado a su casa y le dijeron que estuviera atento a la llamada del ente investigador, para volver a presentarse.