Luis Rafael Ávila Martínez, guamalero de nacimiento pero samario de corazón, es un apasionado por la historia de Simón Bolívar, la que la escudriña en libros de diferentes autores, buscando datos relevantes de su vida para posteriormente plasmarlos en imágenes que con finos trazos talla en madera.
En el sector ‘Chanachito’, del barrio La Paz, en Santa Marta, este maestro de las artes plásticas vive entre buriles, formones, planos, pintillas y pinceles, modelando esculturas alusivas al Padre de La Patria. Su intención es mostrar, en imágenes, realidades de este héroe universal.
El libro Iconografía del Libertador, de la autoría de Enrique Uribe White y editado en el año 1967, es la guía que el artista tiene para esculpir, sobre trozos de caracolí, los momentos importantes de su ídolo y referente para la vida.
'Leer la historia de Simón Bolívar me sirvió para conocer a fondo sobre su vida y su obra, y descubrir que esa historia a veces riñe con relatos que se propagan de boca en boca', anotó.
Recuerda que en Guamal su abuelo le narraba que Bolívar llegó a esa comarca y se reunió con mucha gente, todas por lo general de raza negra.
El Bolívar Zambo. Luego que en el año 2012 se expusiera en el Museo María Teresa Carreño, de Caracas, su obra denominada ‘La otra historia de Bolívar’, por invitación de Hugo Chávez, para ese entonces presidente de ese país, Luis Rafael Ávila prepara otra en la que muestra a un Libertador zambo.
Con este nuevo trabajo quiere mostrar que el Padre de la Patria tenía mezcla de negro africano e indio americano, es decir, que representaba una etnia mestiza. Es así como en una de las imágenes talladas muestra a Simón Bolívar adolescente, de 17 años y con cabello afro.
Afirma Ávila que su tatarabuelo comentaba que a Guamal llegó Simón Bolívar para reunirse con un grupo de negros y que allí bailó hasta el amanecer; y que allí, en esa juerga, fue cargado en hombros por Benito Rodríguez, un fornido raizal reconocido en la región de la denominada Depresión Momposina.
Hoy, con fundamento en esa narración, el artista tiene entre sus objetivos inmediatos tallar a un Simón Bolívar bailando.
Otras obras del personaje que el maestro Ávila tiene en su taller son ‘Delirio en el Chimborazo’, la cual está tallada en un 60%; ‘El Descanso’, ‘Bolívar en la lucha’ y ‘El rostro de Bolívar’.
Uno de los propósitos de Luis Rafael Ávila Martínez es vincularse a la organización de los XVIII Juegos Bolivarianos de Santa Marta, proponiéndole al alcalde, Rafael Martínez, la elaboración de esculturas en madera de Simón Bolívar, para que luzcan en cada uno de los escenarios deportivos.
Quién es. El don del tallado en madera y también la pintura lo heredó de su padre Luis Ávila Estrada, un personaje de Guamal a quien apodaban ‘Chito’. Además de escultor, este fue músico (creador del ritmo rumbagua, una mezcla de rumba y guaracha) y de piezas para marchas fúnebres.
Pese a que solo cursó hasta 5º grado elemental, el maestro Ávila fue profesor de Bellas Artes en el Magdalena en la cátedra de Volumen.
Fue quien talló las puertas de la iglesia de Guamal y de otros famosos templos como el de los municipios de El Piñón y El Retén, en el Magdalena, y de Albania, en La Guajira. Fue restaurador del altar de la iglesia Santa Bárbara, de Mompox, Bolívar.
En Santa Marta realizó exposiciones itinerantes en las calles, mostrando su obra con sentido religioso. Asegura que fueron unas palabras de Luis Carlos Galán las que lo motivaron a abrirse horizontes en la ciudad y salir de su pueblo. Comenta que el entonces candidato presidencial le dijo al momento de regalarle un cuadro en el que plasmaba su rostro: '¡Muchacho, ¿y tú qué haces escondido aquí?!'.
'Fue ese el empujón que necesitaba para salir de mi tierra, a la que adoro y añoro con nostalgia', precisó.