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El cielo estaba gris, como diciendo que también estaba de luto tras cumplirse un mes desde aquel desplome del edificio Portales de Blas de Lezo II, donde fallecieron 21 personas que laboraban dentro de la edificación, ese fatídico jueves 27 de abril.

El silencio acompañaba el sector donde se registró el accidente, donde el terreno permanece igual desde que se removieron los escombros que cayeron sobre las personas que perdieron la vida. Todo permanece quieto, el tiempo parece no andar, es más, parece estar detenido.

A pesar del calor que envolvía las casas, los vecinos permanecen dentro de sus viviendas, pues no encuentran sentido a permanecer en las calles, sabiendo que hace ya 31 días hubo una tragedia en el barrio que se llevó la alegría. Nadie pone música, todos guardan el luto en apoyo a las víctimas.

Incluso, los vendedores ambulantes que frecuentan el barrio han sentido que desde ese fatídico día las ventas por el lugar han mermado, asegurando que todo se debe a la tristeza que embarga a los habitantes de ese sector de Blas de Lezo.

Tal es el caso de Adalberto Orozco, un vendedor ambulante villanuevero que afirma que sus ventas son bastante pobres, pues desde el 27 de abril todo cambió. 'Estos 30 días se han vivido todo malucón, pero, ajá, esto quedó por aquí cruel, uno no vende nada. Se siente la tristeza, una tristeza brava. Antes uno vendía bastante, pero ya no'.

Así como Adalberto, se encuentra Carmen Arroyo, una de las vecinas que tiene su casa justo al lado del terreno donde se desplomó la edificación. Ella también sufre las consecuencias de la tragedia, pues ella vendía entre 30 y 32 almuerzos diarios a los empleados de la construcción.Sin embargo, de un momento a otro, todo se le vino abajo, tal como ocurrió con la obra.

Pero eso no es todo, Carmen expresó que 'no nos hemos sentido para nada bien por la inseguridad que tenemos. Primero, por la reja que se cayó y segundo porque llegan muchas personas al terreno, más que todo recicladores, llegan y no sabemos con qué propósito lo hacen'.

Igualmente, denunció que su vivienda está casi para desplomarse, por lo que no han podido dormir desde hace un mes, temiendo a que cualquier día de estos pueda existir otra tragedia en ese mismo lugar. 'Debido a la cantidad de lluvias que han estado cayendo, el muro de contención se ha debilitado, por eso dormimos allá atrás, porque tenemos miedo de una tragedia', espetó.

Hay dolor en los vecinos

Tanto para Carmen como para el resto de los habitantes del sector ha sido una situación muy triste, pues cuando salen de su casa y ven el terreno se les viene a la mente la imagen de un cementerio, ya que saben que ahí fallecieron 21 personas y que a pesar de eso no hay un solo capturado por lo sucedido. 'Es doloroso saber que, después de un mes, no hay por parte de las autoridades un solo capturado y, encima, el señor Wilfran Quiroz se ha negado a responder, lo que me parece algo injusto', comentó Arroyo.

Para Nervenia Canencia, otra de las vecinas que presenció el desplome del edificio, toda la comunidad está afectada, incluso los niños, pues ya no salen a jugar como antes.

Según la mujer, todo ha sido horrible. Aseguró que aunque quieren recuperarse de lo sucedido, no lo han podido hacer porque es muy difícil hacerlo de un momento a otro.

'Ese día yo vi cuando se vino abajo y, cuando eso pasó, yo cogí a un niño que venía hacia mí con los brazos hacia arriba y nos metimos en el callejón. Luego los vecinos me agarraron porque yo me impresioné demasiado, me puse muy mal', explicó Canencia.

Claman por justicia y ayudas

Los afectados por esta tragedia hicieron un llamado a las autoridades competentes. Pidieron que se haga justicia lo más pronto posible porque tanto familiares de las víctimas como a los afectados no les han tendido la mano, 'por eso le hacemos un llamado a las autoridades que acuden a hacer algo por nosotros', expresó Arroyo.

'El llamado a las autoridades distritales es para que se acerquen hasta acá y tomen consciencia de lo que sucedió, que fueron 21 muertos y los que estamos afectados estamos necesitando la ayuda de ellos, así que de corazón pedimos que se acerquen acá a ver cómo se resuelve esta situación en la que nos encontramos', finalizó Nervenia.

Este sabado, a las 5 de la tarde, se hará una misa para pedir por las almas de los trabajadores que fallecieron tras el desplome del edificio. Se espera la presencia de las autoridades distritales y de los vecinos de los barrios aledaños.