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Los familiares de la turista ecuatoriana Elsa Marina Izurieta, quien desapareció hace 7 días en el mar al hundirse la lancha Gente de Mar III cuando viajaba a Isla Grande, clamaron tanto en Cartagena como en Quito, Ecuador, para que la Armada Nacional 'no suspenda la búsqueda'.

Desde la capital ecuatoriana su hija Adriana Porras Izurieta dijo a EL HERALDO que guardan la 'esperanza de que esté viva'; tras agradecer la búsqueda emprendida por el Cuerpo de Guardacostas, contó que ella estuvo en Cartagena con su hermano Víctor Hugo atendiendo el caso y les dijeron que la búsqueda duraría 30 días. 'No entendemos por qué anuncian que puede suspenderse', expresó.

'Lamentablemente tuvimos que regresarnos a Quito', se dolió.

Tan angustiada como ella, en la Heroica, Estefanía Marchán, hijastra de Elsa Marina, también pidió que mantenga el operativo entre Isla Periquito e Isla Grande, donde se hundió la embarcación a las 10:30 a.m. del pasado miércoles.

De vacaciones

Tras enviudar, en 2013 Elsa Marina Izurieta conoció al docente Carlos Marchán, también viudo y padre de dos hijos, y se casaron. Sus vacaciones en Cartagena fue un regalo que les dio Estefanía, quien vive en EEUU. A la histórica capital llegaron el 18 de diciembre.

Luego de dos días tomándose fotos y paseando las callecitas del sector amurallado en el disfrute del descanso de fin de año, decidieron ir el 21 de diciembre a las Islas del Rosario.

'Por todo lo que ha sucedido acabamos de pasar una Navidad muy triste', expresa la joven.

La tragedia

Del día del siniestro Estefanía, quien viajaba con su pequeña hija, recuerda que el oleaje era fuerte, tanto que por la velocidad de la embarcación el agua les salpicaba la cara y ella, a la menor de edad y a Elsa Marina, lo que les producía risas.

De repente la embarcación se apagó y comenzó a entrar agua, explica, pero los responsables de la lancha no les dieron instrucciones ni les decían qué hacer. Luego una ola grande golpeó la motonave y la volteó. 'Fue algo muy horrible', expresa Estefanía Marchán.

'Empecé a gritar para ver dónde estaban mi papá y Marina. Solo apareció él', explica con amargura. En el agua estuvieron por lo menos 10 minutos hasta que comenzaron a llegar otras lanchas. Incluso, su padre Carlos entró en shock porque, aunque tenía el salvavidas puesto, no sabe nadar.

En la embarcación iban 39 turistas de varias nacionalidades. La única que no apareció fue Elsa Marina.

En sus primeras declaraciones a los medios de comunicación, Estefanía recordó que cuando abordaron la lancha en el muelle de La Bodeguita solo llenaron una lista con sus nombres y se sentaron.

'En el bote todos los puestos tenían su chaleco, pero no sabíamos cómo usarlos ni tampoco sabíamos si (al ponérnoslo) lo habíamos hecho bien', expresa.

Considera la ecuatoriana que los chalecos no cumplían con los requerimientos mínimos, ya que a algunas personas les quedaban grandes y a otras, como fue el caso de su papá, no le cerraba porque era muy pequeño. Sin embargo, afirma que su 'mami', como se refiere a Elsa Marina, sí se lo puso.

Esperan la búsqueda

Estefanía relata que su padre está destrozado. No supera lo que han vivido desde el día del accidente.

Los familiares de Elsa Marina descartan totalmente desplazarse hasta la zona del hundimiento, pues aseguran que el mar les ha causado la peor de las pesadillas de sus vidas.

'Regresar al mar sería muy doloroso. Queremos llegar a Ecuador y reunirnos con toda la familia para definir qué podemos hacer', expresa.

Ayer en la tarde, en otra reunión con el Cuerpo de Guardacostas, les informaron que las labores de búsqueda no se van a detener. Por eso esperan que, en cualquier momento, les puedan dar la noticia de que Elsa Marina apareció.

En la búsqueda de la ecuatoriana de 63 años de edad participan cerca de 120 hombres de la Armada Nacional. Incluso están usando un escáner submarino para ubicar la lancha. Inicialmente se pensaba que podía estar a 60 metros de profundidad, pero no apareció en un área de 4 kilómetros que fue rastreada.