Con el apoyo de múltiples herramientas tecnológicas del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas, CIOH, 120 integrantes de la Armada Nacional trabajan para dar con el cuerpo de la turista ecuatoriana Marina Usurrieta, quien desapareció luego de que la lancha Gente de Mar III en la que viajaba zozobró y se fue al fondo del mar el pasado martes.
La nueva búsqueda comenzó desde las 5:00 de la mañana, en la zona conocida como Periquito, hasta donde trasladaron un Side Scan Solar o escáner de barrido lateral, equipo empleado para identificar objetos en el fondo marino a través de la emisión de señales acústicas en altas frecuencias, que permiten detectar objetos en la columna de agua, las texturas, tamaños y formas.
Las señales acústicas emitidas por el sonar rebotan en el fondo marino y en los objetos depositados sobre este, creando una imagen que ofrece información sobre la naturaleza y tamaño de los objetos detectados, en función de la intensidad de los ecos y especialmente por las sombras acústicas generadas. Esta herramienta tecnológica fue adquirida por el CIOH en 2004 para complementar las diferentes campañas de investigación oceánica.
Hablan con la familia
El comandante del Cuerpo de Guardacostas, capitán de fragata Jorge Herrera, explicó que inicialmente intentan dar con el punto exacto donde está la embarcación hundida.
Una vez logren establecerlo, tienen previsto que desciendan buzos, con equipos Rebreather especializados, para buscar a la turista dentro de la lancha.
Esa inspección también les permitirá tener los suficientes argumentos para la investigación y si es necesario aplicar las sanciones a que haya lugar por parte de las autoridades marítimas.
Herrera comentó que ha sostenido contacto permanente con la familia de la turista, que vive una permanente angustia a la espera de que sea encontrada.
Reveló que la hija de Marina Usurrieta llegó hasta la sede de los Guardacostas, donde le explicaron todas las acciones que vienen adelantando en procura de establecer el punto donde ella puede estar.
En enero de este año, 33 turistas extranjeros y del interior del país duraron 45 minutos en mar abierto luego de que la embarcación en la que se transportaban hacia las islas del Rosario se volcó, al parecer por sobrepeso. Los afectados quedaron sin pasaportes, visas, dinero, celulares, cámaras de vídeo y otras pertenecías con las que viajaban.
'No era bueno viajar'
El turista brasilero Cleber Gurgel, natural de Río de Janeiro, quien se encuentra en Cartagena desde la semana pasada, comentó que el mismo día de la emergencia realizó un viaje a la zona insular. La lancha en la que él viajó con su esposa zarpó a las 8:45 de la mañana y media hora más tarde se registró el hundimiento de la otra embarcación.
El extranjero comentó que ese día 'no era un buen momento para viajar' porque las olas, que alcanzaban entre tres y cuatro metros de altura, y la intensa brisa dificultaban ir sin problemas hasta el área insular. Precisó que a Isla Grande llegaron los turistas afectados por el accidente, en medio de un 'imborrable susto'. Expresó Gurgel que un percance como este debe permitir 'adelantar una exhaustiva investigación para que no se sigan registrando hechos que lamentar'.