Compartir:

Una estela de felicidad se metió por la rendija del alma de los habitantes de Mampuján que este domingo fueron visitados por una comisión de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Encabezó la visita el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el jordano Zeid Ra ad Al Hussein, quien ratificó la disponibilidad del organismo multilateral por hacer un acompañamiento muy cercano al Gobierno colombiano para la implementación del Acuerdo suscrito en La Habana para el fin del conflicto armado con la guerrilla de las Farc.

'Este es un histórico momento para Colombia, un acuerdo que espera ser ratificado por el pueblo colombiano con el plebiscito y esperamos poder ayudar en la implementación de estos acuerdos o al menos en sus partes más críticas. Venimos a escuchar cuidadosamente a las partes, a ratificar nuestro papel de vigilantes de los derechos humanos y continuar trabajando en los próximos años por este acuerdo que se firma', dijo el funcionario de la ONU.

Dieciséis años después de aquella estampida que se originó con el ultimátum hecho por las autodefensas, que terminó con el desplazamiento de más de 300 personas, hoy el alma de los pocos que regresaron y los valientes que se quedaron, exhalan un aire de alivio al sentir que la otra mitad de sus verdugos dejarán de existir como grupo irregular armado.

'Queremos una paz que dure, que se respete. Que ya no vivamos bajo el miedo. Bienvenida sea la paz', dijo una septuagenaria mujer de piel tostada y marcada de surcos por las arrugas, a la entrada del pueblo, en cuyas palabras se siente esa mixtura del alma que descansa por decirle adiós a un conflicto que se llevó lo mejor del pueblo y de la buena nueva que trae una esperanzadora noticia con el fin del conflicto armado.

Aún queda el viejo tablero de la escuela del pueblo, sin paredes que lo rodeen, en un salón llenó de la silvestre vegetación que hace las veces del nuevo piso por donde solo caminan los fantasmas de los alumnos que un día intentaron construir uno nuevo país.

También, cerca de allí, está el viejo tamarindo seco en la vereda Las Brisas donde los mismos paramilitares masacraron a 11 personas en marzo del 2000.

'Si le cortamos esto a la guerrilla, ellos quedan sin la logística', dijo en una de las audiencias de Justicia y Paz el excomandante de los ‘Héroes de los Montes de María’, alias ‘Juancho Dique’, de la masacre y el desplazamiento que ejecutaron en este corregimiento que tuvo un destino maldito al quedar en la mitad del fuego cruzado de paras y las Farc.

Guerra por el corredor

Mampuján, corregimiento del municipio de Marialabaja, fue corredor estratégico del grupo guerrillero, en especial del frente 35, por donde pasaron varios plagiados que cayeron en las ‘pescas milagrosas’ hechas por esta facción de los alzados en armas.

Se veían muchas veces a campesinos bajando desde la sierra –obligados– a buscar comida para los insurgentes. Por eso fueron etiquetados por los paramilitares como auxiliadores de los guerrilleros. Si no lo hacían, los mataban. En estas dos aguas turbias debieron navegar por años hasta que decidieron salir con los bultos de ropas a sus espaldas y enseres al hombro.

Premio Nacional

La mayoría de sus habitantes son afrocolombianos que el año anterior ganaron el Premio Nacional de Paz con el trabajo que han desempeñado las integrantes de la ‘Asociación Para Una Vida Digna y Solidaria’, Asvidas, a través de la iniciativa ‘Mujeres tejiendo sueños y sabores de Mampuján’. Una forma de tejer para sanar el dolor de la profunda herida.

Este corregimiento ha hecho su parte en la construcción de una paz estable y duradera desde mucho antes que finalizaran las conversaciones en la mesa de negociación de La Habana.

En el 2005, la justicia trajo un poco de alivio al dolor de verse desterrados de sus terruños con la primera sentencia que condenó a los paramilitares como autores de su desarraigo.

Sin embargo, nada de eso los alegra más como saber que este episodio funesto de años llega a su fin. Una guerra que desangró y desterró a sus hijos, al punto que se creó un nuevo asentamiento con los que sobrevivieron huyendo a tiempo, el Nuevo Mampuján.