Cartagena. Un imponente velero holandés de más de 36 metros de altura es por días una de las principales atracciones de la Bahía de Cartagena. El 'Oostershelde', con 100 años de historia, arribó esta semana a aguas colombianas después de tres meses de viaje, para ser el anfitrión de la celebración del aniversario número 400 de Vopak, la empresa de almacenamiento en tanques más grande del mundo, con terminales marítimos en Cartagena y Barranquilla.
La historia de esta goleta de gavias de tres palos, se inició en 1918 cuando fue construida como buque de carga de una importante compañía naviera. Tras varios años de travesías por el Mediterraneo, el 'Oostershelde' se convirtió en el único 'sobreviviente' de una flota de 500 buques diseñados con este mismo fin.
'Gracias a la iniciativa de una fundación, en Holanda muchas personas empezaron a entusiasmarse con la idea restaurar el 'Oostershelde', y en 1992 se logró su recuperación absoluta y se logró devolverlo a los mares pero esta vez con una función recreativa y educativa', explicó el capitán del velero, Gerben Nab, quien también afirmó que Cartagena ya está en su ruta de viaje, y que 'esta ciudad, su historia y sobretodo la calidad humana y la amabilidad de la gente, han sido maravillosos'
En Cartagena, este velero que es visitado por miembros de la corona y celebridades de Países Bajos, tuvo como invitados de honor a niños de la fundación Children International, quienes durante toda una tarde asumieron el rol de miembros de esta tripulación que le ha dado la vuelta al mundo en dos oportunidades.
'Fue una gran oportunidad para que los niños vivieran una experiencia diferente, única para muchos, porque conocieron cómo funciona de verdad un barco que recorre el mundo, y se acercaron a una actividad que es tan atractiva y respetada para todos lo que vivimos cerca al mar, como es la navegación', describió María Elisa Orozco, coordinadora de compras de Vopak.
Durante la jornada, los niños cartageneros procedentes de barrios como Olaya Herrera, El Pozón y el corregimiento de Pasacaballos, se dejaron seducir por temas como los cambios del sistema de navegación en 100 años, y hasta vivieron la experiencia de subirse al mástil de la embarcación considerada todo un monumento de la construcción naval neerlandesa.
Una vez abandone aguas cartageneras, el 'Oostershelde' iniciará una nueva travesía por países como Panamá, México y Estados Unidos para seguir cautivando con su estructura centenaria y sus historias de viaje a más y numerosos visitantes.