Ni la casa de Dios se ha salvado en esta ciudad de los amigos de lo ajeno, en las últimas dos semanas.
En una de las profanaciones a estos lugares sagrados para los católicos, los ladrones hasta cargaron con el vino de consagrar y una imagen del Corazón de Jesús.
Sin embargo, a estos, considerados blasfemos por los cristianos, no les ha ido bien. La Policía ha dado con ellos y con sus botines sagrados.
Se informó que son cinco los capturados, en los últimos diez días, por robos a templos.
El más reciente caso fue cometido en la iglesia María de Nazareth, ubicada en el populoso barrio La Consolata, sector Villa Isabel.
Unos fieles se percataron de que un ladrón profanó el santuario, en horas de la tarde, aprovechando la quietud del Día del Trabajador. El hombre alcanzó a huir con su botín, pero un aviso a la Policía permitió que se le capturara más tarde.
Si hubiera tenido éxito en su cometido, el hampón habría dejado sin misa a esta parroquia por varios días. Fue identificado como Xamir Alberto Polo Alvarado, de 27 años y tenía en su poder una guitarra, un amplificador, cuatro micrófonos y un incensario de plata, todo avaluado en cinco millones de pesos.
El pasado jueves 30 de abril, otros antisociales entraron a la iglesia San Pablo, del barrio Ciudadela 2.000, en la ciudad extramuros. La Policía los persiguió y dio con ellos. Fueron detenidos dos hombres con copas de plata, vino de consagrar y la imagen del Sagrado Corazón.
Siete días antes de este robo en Ciudadela 2.000, otro templo fue violentado por dos rateros. Fue en el corregimiento de Arroz Barato, una comunidad necesitada, vecina de la zona industrial de Mamonal.
El caso es que dos jóvenes de la comunidad, que viven en extrema pobreza, quizá agobiados por la ola de calor, aprovecharon la madrugada y sustrajeron dos abanicos eléctricos y se los llevaron para su vivienda, construida en un sector de invasión, conocido como Luz Verde.
La Policía sorprendió a Carlos Mario Arias y Ricardo Orozco Cuadro, conocidos como ‘Mario Bros’ y el Diesel, de 19 y 26 años, respectivamente, instalando en sus viviendas los abanicos robados en el templo.
El comandante de la Policía Metropolitana, coronel Carlos Rodríguez, un creyente católico confeso, dijo que ante la alarma que se prendió por estos casos, dijo que se puso en comunicación con varias parroquias para que con sus fieles se conformen en los próximos días unos frentes de seguridad para custodiar de manera articulada con la institución las casas de Dios en los barrios y evitar que los maleantes hagan de las suyas con los trastos de la Iglesia.