El barrio Primero de Mayo recibió la noticia con júbilo.
La gente salió emocionada a las calles. Con motos, con pitos, con banderas de Colombia, con pancartas. Fue una alegría de Patria. Una reacción espontánea.
No era para menos. Poco después de las 10 de la mañana de ayer se confirmó la liberación del soldado carmero Paulo César Rivera, quien estuvo en poder de las Farc.
En la casa del soldado profesional hubo gritos y llantos. La gente del barrio llegó a abrazarse con los tíos y hermanos del joven militar. Parecía un 31 de diciembre. Los amigos y vecinos que se ganan la vida manejando motos, llegaron hasta la esquina de cuadra de la familia Rivera y armaron una caravana.
Hicieron sonar sus pitos y rugir los motores de sus motos. Entonces muchos habitantes del barrio Primero de Mayo sacaron banderas de Colombia y con las fotos del soldado y pancartas se unieron a los motociclistas y emprendieron una marcha por las principales calles del pueblo.
Llegaron hasta la plaza central. Era hora aún de compras en el mercado público, así que la gente se unió a la alegría reinante, a pesar de la canícula inclemente.
Hacía tanto tiempo El Carmen no recibía una buena noticia. Desde cuando estalló la crisis de las niñas que sufren desmayos, el pueblo perdió su alegría. Aún no salen de este episodio que afecta a tantas familias humildes.
La liberación fue un bálsamo. Para una población que vivió tantos sufrimientos con la guerra que se libró en los Montes de María y que, cuando parecía empezar a disfrutar los buenos días de la paz, se le vino una especie de plaga que acabó con la felicidad de sus hijas, por cuenta de una rara sintomatología de la que aún no se sanan, la buena noticia del soldado que llegó a manos de sus padres, sano y salvo, era como un acontecimiento para celebrar en unión de todos.
Como un héroe. Ayer en la tarde los tíos y hermanos de Paulo César estaban en el patio de la casa con un semblante de tranquilidad. Otros muchos familiares que están por fuera de El Carmen llamaron para anunciar que preparen la olla porque vienen a ver al joven liberado por las Farc.
La tía Rosiris Rivera dijo que la comida de recibimiento será un sancocho de pavo y gallina de patio; también habrá mote de queso, que tanto le gusta al soldado; y no faltarán las galletas Chepacorina, famosas en toda la región.
Habrá bastante comida, porque la familia es grande. Por parte de padre son 17 tíos; y por parte de madre son 12.
Entre tanto, el alcalde de El Carmen Francisco Vega, que ayer en la tarde presidió actos a favor de la paz y la convivencia,y en contra de la violencia contra la mujer, en la plaza central del pueblo, dijo que el día que llegue Paulo César será recibido como un héroe. Que organizará una caravana y se le acompañará hasta su vivienda.
Nelson Rivera, tío del joven retenido y liberado por las Farc, dijo que los primeros cinco días de retención del muchacho fueron los peores por cuanto no se sabía nada de su sobrino. Al quinto día, cuando les dijeron que estaban vivos, él y su amigo, se aliviaron.
Ahora solo están a la espera de verlo para tocarlo y abrazarlo y comprobar que de verdad, de nuevo, está con ellos. Que todavía, gracias a su sacrificio y el gesto de buena voluntad de su liberación, hay esperanzas de paz para Colombia.