Integrantes de una pandilla conocida como los Pollos acabaron con la vida del vigilante Julio Ramón Arroyo Vásquez, de 58 años, oriundo de San Jacinto, a quien le propinaron tres impactos de bala.
El crimen, que ocurrió a las 12:40 de la noche de ayer, en Olaya Herrera, sector Rafael Núñez, tuvo lugar cuando el vigilante intentaba defender a su hijo, Jesús Arroyo, quien era intimidado por un miembro de la pandilla.
Según testigos, minutos antes de que se registrara el asesinato, alrededor de siete pandilleros, que portaban revólveres calibre 38, llegaron al vecindario para robar las pertenencias de varias personas.
En primer lugar, luego de amenazarlos con las armas, los pandilleros atracaron a cinco jóvenes que jugaban cartas en la calle 19 de Abril.
Tras perpetrar el robo, los delincuentes ingresaron a una vivienda cercana y hurtaron un televisor.
De acuerdo con lo expresado por la comunidad, uno de los pandilleros se dirigió, en actitud desafiante, hacía la casa de Jesús Arroyo.
Al notar que las intenciones del pandillero, Jesús ingresó a su casa e intentó cerrar la puerta principal.
Durante algunos segundos, Jesús forcejeó con el pandillero que, del otro lado, le daba patadas a la puerta, con la intención de tumbarla.
Julio Ramón Arroyo, al percatarse de que su hijo era intimidado por el pandillero, salió de su casa, con un palo entre las manos.
Sin embargo, los esfuerzos de Julio por defender a su hijo dieron al traste con la velocidad con la que el pandillero desenfundó el revólver que portaba.
Tras apuntarle a su objetivo, el delincuente, que es conocido como el Peligro, disparó sin dudar.
Uno de los impactos perforó el pecho de Julio, otro comprometió el abdomen y, el último, la cabeza.
El Peligro, acompañado por los otros pandilleros, escapó del lugar, según la comunidad, escabulléndose por un caño que bordea la calle 19 de Abril.
Mientras los pandilleros huían, vecinos y familiares subieron el cuerpo del vigilante en un taxi, que lo trasladó al Hospital del Caribe, HUC.
De acuerdo con el parte médico, el cuerpo ingresó sin signos vitales.
Según los vecinos, además del peligro, en el crimen también estarían involucrados pandilleros conocidos como el Ñame, el Busetica, el Jaimito y el Andry.
Era desplazado por la violencia. Según familiares de Julio Arroyo Vásquez, este residía en Cartagena desde hace 17 años, tras salir de San Jacinto, por culpa de grupos al margen de la ley.
Arroyo trabajaba como vigilante en un parqueadero de Bocagrande, donde cumplía con una jornada laboral, desde las 8:00 de la mañana hasta las 6:00 de la tarde.
El vigilante era padre de tres hijos.