Luego del avistamiento de dos roedores de la especie chigüiro en el sector de Alameda del Río, la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) adelantó visitas al lugar atendiendo el llamado de la comunidad que solicitó acompañamiento debido a la rareza del suceso en esta zona urbana.
Lea también: Incautaron embarcaciones en Playa Blanca, Cartagena
La pareja de chigüiros -también conocidos como capibaras o ponches- fueron vistos en la noche del sábado 15 de marzo caminando de manera tranquila por el complejo residencial ante la mirada atónita de habitantes del sector.
“Durante las visitas de inspección, que también fueron realizadas el domingo 16 de marzo, no se encontraron registros de la presencia de los individuos; los cuales posiblemente se hayan refugiado en la zona baja del sector, de acuerdo a información recolectada por funcionarios de la Corporación, quienes se encuentran a cargo del seguimiento y monitoreo de los especímenes en mención”, indicó la CRA.
Lea también: Minuto a minuto: Instalan PMU para hacer seguimiento a marcha en Barranquilla
Sobre estos grandes roedores, el biólogo Joe García, señala que, de acuerdo a lo que se observa en los videos que han circulado en redes sociales, los animales se encuentran en buenas condiciones.
Asimismo, advirtió que no representan peligro para la comunidad. En tal sentido, hizo un llamado para que no se genere preocupación entre los habitantes de la zona y se evite perturbarlos.
Lea también: Pareja de esposos fallece tras ser embestidos por una ambulancia en El Porvenir
Pero estos no son los únicos especímenes de gran tamaño que han sido detectados en la zona, mapaches, gatos pardo, entre otros, también habitan el lugar, esto ha sido posible determinar gracias a los sistemas de monitoreo y tele detección de la autoridad ambiental.
“(Esto) indica una salud adecuada del ecosistema”, explica la corporación.
Y es que por la cercanía con los arroyos Grande y León es común ver este tipo de animales, pues estos afluentes sirven como un corredor que les permite cumplir sus ciclos biológicos, el agua permanente ofrece no solo alimento, sino refugio y las condiciones necesarias para su reproducción, apuntan.